Editoriales

La Güera Rodríguez la primera

Feminista en Mexico 

Profr. José Luis Bobadilla Acosta

Taller de Historia de Tecate, A. C.

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MARÍA IGNACIA RODRÍGUEZ DE VELASCO

María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra nació un 20 de noviembre de 1778.

Fue hija del matrimonio formado por Antonio Rodríguez de Velasco, y

María Ignacia Osorio Barba y Bello Pereyra (criollos).

Don Antonio era abogado, y tenía una buena posición en el momento de llegar al mundo la primera de sus hijas: regidor perpetuo en el

Ayuntamiento.

Tuvo dos hermanas, Josefa y Vicenta.

La familia tenía casa nada menos que en una de las calles más importantes de la capital: San Francisco, no lejos del antiguo y poderoso

convento que albergaba a la orden de frailes que llegaron los primeros a la Nueva España.

¿Qué se sabe de los Rodríguez de Velasco?

Que tenían buenas posiciones, que algunos de los parientes tenían cargos importantes en la Casa de Moneda y en el consejo de la Real Hacienda.

En fin, que se trataba de una familia criolla que formaba parte de la élite Novo hispana, que tenía buenas relaciones con el gobierno virreinal y que se codeaba con la nobleza del reino.

PRIMER MATRIMONIO

Si el primer matrimonio de la Güera no hubiese atravesado por una densa crisis, que llegó hasta los tribunales eclesiásticos, acaso no sabríamos mucho de su crianza y primeros años. 

Por ese documento, que se conserva en los archivos inquisitoriales resguardados por el Archivo General de la Nación, es que sabemos, por testigos, que fue una joven

muy bien educada por sus padres, devota, que sabía leer y escribir, como lo demuestran las cartas que escribió a lo largo de su existencia, y como toda señorita acomodada de

su tiempo, sabía bordar y tocar algún instrumento musical.

Hasta aquí no hay nada insólito en la crianza de la hermosa niña.

María Ignacia se destacaba por su hermosa cabellera rubia y ojos claros, razón por la cual comenzaron a llamarla “La Güera  Rodríguez”.

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GUILLERMO PRIETO

Además de su belleza, la Güera poseía una personalidad muy vivaz, por

lo cual era muy común que asistiera a todo tipo de eventos de la alta sociedad, también se caracterizó por su gran inteligencia e ingenio, en este sentido, Guillermo Prieto, cronista de la época, escribe:

«LA GÜERA NO SÓLO FUE NOTABLE POR SU HERMOSURA, SINO POR SU INGENIO Y POR EL LUGAR QUE OCUPÓ EN LA ALTA SOCIEDAD»

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JUAN VICENTE DE GÜEMES PACHECO DE PADILLA Y HORCASITAS

A través de la intercesión del virrey Juan Vicente de Güemes y del obispo, se casó con José Jerónimo López de Peralta de Villar Villamil (26) en septiembre de 1794.

HIJOS

Ella tenía 15 años al casarse, y en los 11 años que duró el matrimonio tuvieron seis hijos, de los cuales uno murió en la infancia.

De su matrimonio nacieron cuatro hijos: Jerónimo, María, Josefa y María de la Paz

INTELIGENCIA Y CARÁCTER

Debido a su inteligencia y carácter, la Güera Rodríguez se convirtió en una mujer popular de la aristocracia novohispana.

Lamentablemente, una de las grandes fijaciones sobre la biografía de la Güera Rodríguez está en sus amoríos y amistades con personajes notables.

Sin embargo, es importante destacar que ella misma fue una persona notable, cuya relevancia fue quedando en el olvido.

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ALEXANDER VON HUMBOLDT

A sus 16 años, Rodríguez conoció al científico Alexander Von Humboldt (25),

con quien trabó una fuerte amistad. Tradicionalmente se ha atribuido una relación sentimental entre ambos.

Sin embargo, no hay pruebas de esta.

Durante estos años, igualmente, se tienen datos de su participación en la inauguración de una Estatua ecuestre en honor a Carlos IV en la que estuvo acompañada por Humboldt

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SIMÓN BOLÍVAR

Corría el año de 1799, al Puerto de Veracruz llegaba el barco San Ildefonso,

que transportaba a uno de los personajes más importantes de la historia

América Latina: Simón Bolívar.

VERACRUZ

Tenía como destino Madrid, lugar donde continuaría su educación. Sin embargo, hizo una primera escala en Veracruz, ya que existía un bloqueo de barcos ingleses en La Habana, hecho que aprovechó para recorrer Puebla y la Ciudad de México.

Simón Bolívar nació en 1783, por lo que para entonces tenía 15 años.

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CASA DE LOS MARQUESES DE ULUAPA

En la Ciudad de México se hospedó en la casa de los Marqueses de Uluapa, ubicada en el cruce de la calle de las Damas y de Ortega del Centro Histórico. 

Hoy esas mismas calles tienen la denominación de Bolívar y Uruguay, en honor a la visita del “Libertador”. Cabe destacar el encuentro entre Bolívar y otro personaje emblemático de

la historia de México: la Güera Rodríguez (21), hermana de la marquesa de Uluapa.

Finalmente, el 20 de marzo de 1799, Bolívar partió nuevamente de Veracruz para continuar su camino.

VILLAMIL

En 1801 Villamil la acusó de adulterio con un francés, y a los diez días retiró la acusación.

Entonces, el 4 de julio de 1802, le disparó su

pistola en un arrebato de furia. Aunque el arma falló (más tarde él dijo que sólo había querido asustarla) la joven huyó de su casa en Tacuba a la de sus padres en la capital, donde demandó a su marido por intento de asesinato.

ARRESTO DOMICILIARIO

Villamil fue puesto en arresto domiciliario y liberado bajo fianza el 29 de agosto.

De inmediato -y aparentemente como venganza- presentó una demanda

de divorcio eclesiástico (una separación, pues todavía no existía el divorcio absoluto) en la que acusaba a su mujer de “adulterio sacrílego” con tres curas distinguidos, entre ellos su propio compadre, el canónigo José Mariano Beristáin y

Martín de Souza (46), autor de la famosa Biblioteca Hispano-Americana Septentrional.

SILVIA MARINA ARROM

De acuerdo con la historiadora Silvia Marina Arrom:

“De aquí nacen los primeros rumores de los adulterios de la Güera.

Pero en los largos autos el marido no pudo probar nada, y la evidencia más bien sugiere que ella fue una esposa sufrida y

maltratada. De hecho, los parientes, amigos y colegas de Villamil tomaron partido

por su esposa, quien afirmaban ser la inocente víctima de su carácter

volátil y violento -y algunos hasta la habían encontrado “bañada en sangre” por las golpizas que él le daba-.

DESISTIMIENTO

Después de cuatro meses Villamil desistió en su demanda. En algún momento la pareja se reunió y el 12 de junio de 1805 nació su última hija, Antonia. El capitán solicitó la intervención de los tribunales de la Nueva España y la anulación del matrimonio, aunque murió en 1805 antes

de obtener el divorcio”. En 1805, viuda a los 27 años, con cinco hijos para criar sola, la Güera volvió a  la ciudad de México, donde vivía su familia.

ESCASEZ DE DINERO

Sufría escasez de dinero porque en lugar de gananciales Villamil había dejado deudas, su dote se había consumido durante el matrimonio, y las propiedades que serían de su hijo (y que ella administraba como su tutora y

curadora durante su minoría de edad) no se podían vender por estar vinculadas. En menos de dos años, el 10 de febrero de 1807, se casó con el doctor Juan Ignacio Briones, un señor acaudalado que murió a los seis meses de la boda dejándola con su séptimo embarazo y una buena herencia.

Nadie creyó aquella hazaña del viejo y, para corroborarla, la mujer dio a luz junto a una ventana abierta, a la vista de los incrédulos.

A pesar del amplio legado de su segundo marido, parece que su situación

financiera no era del todo sólida porque algunas de sus propiedades estaban hipotecadas y no siempre producían ganancias. 

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SIMÓN BOLÍVAR AGUSTÍN DE ITURBIDE

Tres amantes sobresalen en su larga lista: Simón Bolívar, el Barón Alejandro

von Humboldt y Agustín de Iturbide.

BOLÍVAR

Bolívar, “el Libertador de América”, llegó muy joven a tierras mexicanas en el buque “San Ildefonso” y el encuentro entre ambos, 15 y 20, fue amor a primera vista.

RUINA

Los rebeldes ocuparon sus valiosas haciendas San Isidro y Santa María en Guanajuato y las dejaron en la “ruina”. También ocuparon (y dañaron) un rancho cerca del pueblo de Dolores y otro en Monterrey que formaban parte del patrimonio del hijo.

El 6 de junio de 1809 le dio su poder al canónigo Ramón Cardeña para que la representara ante la corte española para pedir que el rey le concediera a ella y a su hijo “todos los honores, puestos y mercedes que sean de su Soberano agrado”

JERÓNIMO

Aunque nada resultó de este intento de avanzar la posición de la familia, Jerónimo prosperó: sucedió al abuelo materno como regidor, heredó el mayorazgo de su padre y sirvió en la Cámara de Diputados republicana. Y la Güera misma sufrió varias enfermedades serias: un certificado médico de marzo de 1810 describe síntomas que apuntan a una tuberculosis (e.

g. tos sangrienta, hemorragias nasales, etc.).

Aunque La Güera enfrentó los 17 años de su segunda viudez con determinación, no puede haber sido fácil. En varios documentos ella se describe como “esta viuda desgraciada” con

“cinco hijos inocentes, pequeñitos y sin padre”.

Su vida estaba marcada por la muerte y la enfermedad.

HIJAS

La hija póstuma de Briones murió al año y medio, en 1808, y su hija Guadalupe murió a los 15 años, en 1816. Según su tía, la niña “inocente” había estado enfermiza por once años. También tenía contacto con Agustín de Iturbide, antiguo amigo de la familia

que se mantuvo leal a España hasta muy avanzada la partida. Su carrera política comenzó como conspiradora y espía en 1809 contra el gobierno de facto.

En dos cartas escritas a su aliado Juan Gómez Navarrete en la primavera de 1809, Iturbide refiere que había visitado a “mi Señora Doña Ignacia” en la casa de sus padres y que habían discutido algún “asunto” que estaba

tratando de formalizar -posiblemente algo como instalar a su primo Domingo Malo como administrador de sus propiedades.

ASUNTOS POLÍTICOS

Además de ocuparse de asuntos familiares, la viuda María Ignacia estaba por lo menos tangencialmente involucrada en asuntos políticos. El 28 de octubre de 1809 denunció al oidor Aguirre autor de un complot para

envenenar al virrey.  Con dichas declaraciones la Güera pretendía minar la facción peninsular.

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FRANCISCO JAVIER DE LIZANA Y BEAUMONT

Después de determinar que sus acusaciones eran falsas, el virrey Francisco Javier Lizana y Beaumont (62) la desterró de la ciudad de México a Querétaro el 9 de marzo de 1810.

Aunque el decreto no cita el motivo de su destierro, parece que fue por “perturbar la quietud pública” con sus intentos de apoyar a la facción autonomista respaldada por el Ayuntamiento (que incluía a su padre) y

minar la facción propeninsular respaldada por la Audiencia.

Según Lucas Alamán:

“Túvose por cierto que todo este incidente fue originado de intriga fraguada por una señora de una familia distinguida, célebre en aquel tiempo por su belleza, a quien … [Lizana] desterró en seguida a Querétaro”, donde efectivamente la Güera pasó dos meses de su exilio.

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JOSEFA ORTIZ DE DOMÍNGUEZ

Pero poco se sabe de dónde estudió la Güera, aunque se cree que pudo haber estudiado con doña Josefa, que es probable que se vieran en

Querétaro, cuando destierran a La Güera tras descubrirle una conspiración; pero pocas cosas de su vida son comprobables.

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MIGUEL HIDALGO IGNACIO ALLENDE

En 1810 estuvo en Dolores con Hidalgo e Ignacio María José de Allende y Unzaga (41), fungiendo como guía y benefactora para ayudar a los ejércitos insurgentes apoyando la consumación de la Independencia impulsando a

Iturbide y organizando tertulias.

DENUNCIAS

Su participación en esta conspiración temprana no es prueba de su apoyo al movimiento independentista posterior, como tampoco lo son las denuncias que le llegaron a las autoridades en dos ocasiones más.

El 13 de septiembre de 1810 el tambor mayor Juan Garrido denunció el plan de Hidalgo y afirmó que doña Ignacia Rodríguez “daba el dinero para la revolución”.

JUAN SÁENZ DE MAÑOZCA

Para agravar el caso, el inquisidor Juan Sáenz de Mañozca la acusó de adulterio.

En su defensa, María Ignacia puso en cuestión la valía de la palabra del inquisidor, acusándolo de homosexualidad. Las acusaciones fueron levantadas por falta de pruebas.

MORIBUNDA

Esto parece haber sido bastante traumático para la madre, quien menciona a su hija “moribunda” en varias ocasiones entre 1810 y 1816. Por ejemplo, en un litigio con su hermana sobre el alquiler de una casa explica que había descuidado sus asuntos por “hallarse trastornada con el grave cuidado de una hija que se le estaba muriendo”.

DENUNCIA

Por su parte, Juan Garrido la denunció en 1810 de apoyar la revolución encabezada por Miguel Hidalgo, a quien patrocinaba con su propio dinero. No se sabe si sus intenciones eran de carácter ideológico, o buscaba defender sus propiedades, que ya habían sufrido estragos. También es importante aclarar que para entonces Hidalgo aún no proclamaba su intención independentista.

SANTA INQUISICIÓN

María Ignacia apoyó la causa insurgente con su dinero y relaciones, siendo incluso acusada de herejía por defender la independencia y por haber mantenido trato con el cura Miguel Hidalgo y Costilla, y llevada ante el

tribunal de la Santa Inquisición, el 22 de marzo de 1811, donde también le

acusó Juan Sáenz de Mañozca, de inclinación al adulterio. 

Aunado a esto, hay una carta de 1811 en la que escribió a uno de los insurgentes que habían tomado sus haciendas en Tierra Adentro,

Guanajuato, las cuales generaban su principal ingreso.

En dicha misiva, ella explica que no pudo reunir los mil pesos que le exigían, por lo que sólo mandaba la mitad y que trataría de conseguir el resto.

Silvia Marina Arrom:

“Y esto no me parece que sean palabras de un apoyo sincero”.

FANNY CALDERÓN

Fanny Calderón: De hecho, he encontrado ese apodo ya en 1812, y sus hijas con frecuencia eran identificadas como “las hijas de la Güera”.

MARÍA ANTONIA

A pesar de la tierna edad de María Antonia, hija de la "Güera Rodríguez", que

solo contaba con quince años de edad, le fue concedida la mano a don Pedro Ignacio Echeverz, Espinal de Valdivieso y Azlor, Marqués de San Miguel de Aguayo y Santa Olaya, Caballero de Santiago y gentilhombre de Cámara del Rey y le fue concedida su mano y se efectuó el matrimonio el 6 de junio

de 1812, en la capilla del Tercer Orden de San Francisco, oficiando el antes nombrado José Mariano Beristáin y siendo testigos el Conde de Regla y don Silvestre Díaz de la Vega, alias "Bandolón".

RELACIONES

Es posible que solamente estuviera cuidando sus intereses porque también mantenía relaciones con firmes adversarios de la independencia. Uno era el canónigo José Mariano Beristáin, que ofició en las bodas de dos de sus hijas en 1812, al mismo tiempo que predicaba contra los insurgentes.

En otra carta, de 1812, la Güera Rodríguez habla de un pleito judicial que le interpuso un comerciante por una deuda, ante lo que ella explica que no ha pagado porque “los enemigos” tomaron sus haciendas.

En 1814 fue denunciada por “ciertos actos que la hacen la protectora o protegida de los insurgentes”.

CARTA

Según una carta sin fecha, atribuida a “María […] mujer que fue del mayorazgo Villamil”, les dio “500 pesos, piezas de paño para vestir las

tropas, papel y otras cosas” y se había comprometido a darles más.

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LEONA VICARIO

La carta se refiere también a unas reuniones con los rebeldes Rafael Vega y

Francisco Velasco y a una correspondencia con Leona Vicario.

Con Leona Vicario sí tuvo contacto durante la Independencia en el grupo de “Los Guadalupes”, ya que interceptaron una carta que La Güera le

enviaba a los insurgentes, a través de Vicario, por la que por poco cae en prisión.

INGRESOS

Y para 1817 los ingresos de su hacienda de la Patera se habían esfumado.

Concluye pidiendo alguna compensación por todas sus “contribuciones y servicios”, que a pesar de ser “una mujer sola y desvalida […] ha sabido exponerse y servir más que los hombres”.

CONTRATO

Por ejemplo, en 1817 firmó un contrato con el capitán Domingo Malo, quien tomó la administración de varias de sus fincas y arrendó el Molino Prieto del mayorazgo de Villamil por 4 600 pesos anuales; el fiador fue nada menos

que su primo, Agustín de Iturbide.

SEVERA DEFLACIÓN

Después estas fincas sufrieron la severa deflación en el valor de la propiedad que acompañó a la independencia y perduró por varias décadas.

TESTAMENTO

En 1819, María Ignacia (41) sufrió de nuevo una crisis tan extrema que dictó su testamento desde el lecho donde esperaba la muerte.

Tuvo una relación sentimental con Agustín de Iturbide, futuro emperador de

México, sobre quien tuvo una gran influencia política

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FERNANDO VII JUAN JOSÉ RUIZ DE APODACA

Sus relaciones le permitieron tener acceso a documentos confidenciales de la época, como la carta que Fernando VII envió al virrey Apodaca en 1820, proponiéndole encontrar un hombre popular y con influencia sobre el

ejército para que hiciera tratos con los insurgentes, de la que se desprendían los principios del Plan de Iguala. María Ignacia sugirió que Iturbide podría ser ese hombre.

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FRANCISCO NOVELLA JUAN O’DONOJÚ

De hecho, Iturbide se reunió con el mariscal Francisco Novella y el capitán general Juan O’Donojú el 13 de septiembre de 1821 para negociar la independencia en su Hacienda de la Patera.

MANUEL ELIZALDE

Y debe haber sido sumamente atractiva, pues se casó tres veces -la última vez, en 1825, con Manuel Elizalde (35) un señor 12 años menor que ella (47), con quien vivió hasta su muerte.

Tras la muerte de la Güera Rodríguez, Elizalde se dedicó al sacerdocio.

DEUDA

De hecho, cuando trató de vender San Isidro, en 1826, había bajado tanto el precio que prefirió regalarla para pagar una deuda que le debía a parientes de su segundo esposo.

Pero hizo lo que pudo para recuperarse, ayudada por sus excelentes conexiones con personas importantes de la época.

EDUCACIÓN

Durante esta época la Güera se dedicó a la educación de sus cuatro hijos sanos -y parece haberlo hecho con mucho éxito-.

Sus tres hijas asistieron al prestigioso colegio de La Enseñanza (la mejor escuela para niñas en la Nueva España) y se casaron con hombres ricos,

uno conde y los otros dos marqueses.

Por lo tanto, consiguieron títulos de nobleza, algo que ella misma nunca pudo alcanzar. 

María Ignacia fue partidaria del movimiento insurgente, apoyó la causa independentista con su propia riqueza.

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Sobre aquel episodio, Lucas Alamán (19) escribió: “Túvose por cierto que todo este incidente fue originado de intriga

fraguada por una señora de una familia distinguida, célebre en aquel tiempo por su belleza, a quien … [Lizana] desterró en seguida a Querétaro”

Otro de sus contactos más importantes fue Agustín de Iturbide, con quien se

le vinculó sentimentalmente. Es importante mencionar que Iturbide se mantuvo leal a la corona española hasta casi el final de la sublevación. En cartas, el futuro emperador se refería a ella como “Mi señora María

Ignacia”.

PRIMER IMPERIO MEXICANO

En el Primer Imperio Mexicano, su familia mantuvo relaciones con el régimen, ocupando distintos cargos de cercanía y honor junto a la Casa de Iturbide.

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ARTEMIO DEL VALLE ARIZPE ENTRADA TRIUNFAL DE ITURBIDE

Según Artemio del Valle Arizpe (1884-1961), cuando Iturbide hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México desvió al ejército para pasar frente a la casa de María Ignacia y así homenajearla por su participación. Sobre ello dice:

“La carrera que iba a seguir el Ejército Libertador sería desde la Tlaxpana por San Cosme, para pasar frente al palacio Virreinal, pero Iturbide desvió la columna por la calle de la Profesa en la que estaba la casa de doña María Ignacia Rodríguez de Velasco, para que

presenciara el desfile y lo viese a él muy arrogante al frente de sus tropas invictas.”

Durante el imperio, la Güera cobró una fuerte influencia en el gobierno y gran notoriedad en la sociedad. 

GOBERNADORA

Distintas voces de la sociedad comenzaron a especular que ella era quien en realidad gobernaba.

“La Huera [era] la reguladora de la conducta de Iturbide y la mano suave que pulsa y mueve las teclas […] en esta estrepitosa orquesta.”

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VICENTE ROCAFUERTE

Por su parte, el opositor de Iturbide, Vicente Rocafuerte Rodríguez de Bejarano (1783-1847), hizo correr el rumor de una relación extramarital entre ambos.

En su “Bosquejo Ligerísimo De La Revolución De Mégico” declaró:

“contrajo trato ilícito con una señora principal de Mégico

[…] preciosa rubia, de seductora hermosura, llena de gracias, de hechizos y de talento, y tan dotada de un vivo ingenio para toda intriga y travesura, que su vida hará época en la crónica escandalosa del Anáhuac”.

“PLAN DE IGUALA”

Sumado a lo anterior, Rocafuerte atribuyó a María Ignacia la redacción del “Plan de Iguala”, documento fundacional del México Independiente. De ser cierto, la Güera habría sido la principal responsable de la independencia de México. En cuanto al vínculo sentimental de Iturbide con María Ignacia, parece ser que fue una construcción póstuma.

Existe una gran probabilidad de que la verdadera amante de Iturbide fuera Antonia, hija de la Güera. De acuerdo con un periódico dirigido por Miguel de Beruete, en 1822 la

emperatriz sorprendió a Iturbide con la hija de Rodríguez.

Aún con ello, no es posible afirmar la veracidad del episodio. De su presunta relación con Iturbide no hay mayor documentación. 

Claro que cuando cayó el Imperio el 19 de marzo de 1823 y Malo suspendió

los pagos,la fianza no valió nada por el exilio de Iturbide.

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FRAY SERVANDO TERESA DE MIER

La admiración por la independencia de la Gran Colombia, territorio que hoy comprende Colombia, Venezuela y Ecuador, así como por la promulgación de la nueva Constitución, hizo que el 13 de marzo de 1824, fray Servando Teresa de Mier, entonces diputado por Nuevo León, buscara otorgar un

reconocimiento a Bolívar. Por ello, propuso que debía ser reconocido como ciudadano de todas las repúblicas de América, empezando por la mexicana.

La propuesta se aprobó, pese a que no existió respuesta por parte del sudamericano.

Tras la victoria de Ayacucho, Perú, el 9 de diciembre de 1824, en 1825, el ministro de estado y relaciones exteriores, Lucas Alamán, felicitó a Simón Bolívar en el periódico “El Sol de México” por “la gloriosa y decisiva victoria

de las armas americanas del Sur sobre las españolas, acaecida en Ayacucho.”

Tan sólo dos años después del Primer Imperio Mexicano (1825), Rodríguez

(47) contrajo nupcias con Manuel Elizalde (35).

MARÍA JOSEFA

Doña María Josefa, hija de la "Güera Rodríguez", fue madre de dilatada

familia, y falleció el 7 de julio de 1828 en Nueva York, en donde estaba de paso para Europa, y a consecuencia de la penosa travesía que sufriera de Veracruz a aquel puerto, por haber faltado víveres a bordo.

MATHIEU DE FOSSEY

Poco después de llegar a México en 1831, el conde francés Mathieu de Fossey vio a “la blonde Rodríguez” -“la mujer más aristocrática que conocí en México”- en una fiesta, rodeada de admiradores que se reían de sus

cuentos divertidos. Aunque se mantuvo activa políticamente, su vida fue más tranquila y

apegada a la fe católica.

TERCER ESPOSO

Su tercer esposo, de origen chileno, ocupó diversos cargos en el gobierno republicano.

En 1840 Fanny Calderón la describe como muy simpática y todavía hermosa a pesar de tener 61 años. Entonces la Güera se ocupó de la próxima generación, pues sus cuatro hijos

le dieron 17 nietos, 13 de los cuales llegarían a la edad adulta.  Y parece que fue una buena abuela; por ejemplo, en 1841 llevó a una nieta a

la fiesta de San Agustín de las Cuevas y la presentó a la alta sociedad. La Güera fue inquieta siempre y siguió activa, por ejemplo, durante la guerra con Estados Unidos se unió a otras 13 señoras (entre ellas su hija Antonia)

para formar un grupo que apoyara a los hospitales que atendían a los soldados heridos, y organizó un concierto de beneficio el 26 de diciembre de

1846.

FALLECIMIENTO

La Güera vivió al final de su vida con su gran amor, Ramón Cardeña, conocido como “el cura bonito”. En su obra, Arrioja Vizcaíno asegura que los últimos años de la Güera Rodríguez fueron tristes, dado que una enfermedad degenerativa en los huesos y una caída la dejaron paralítica, llevándola a la muerte el 1 de noviembre de 1850.

Fue enterrada en la iglesia de San Francisco de la ciudad de México, en la misma calle donde pasó la mayor parte de sus 71 años. (Arrom, 2021).

VIDA COMPLICADA

Vivió hasta los 71 años y tuvo un vida complicada, pues enterró a cinco de sus siete hijos

HEROÍNA

Es una de las heroínas nacionales menos conocidas.Muy probablemente porque rompía con los estereotipos de la mujer novohispana.

FUERTE Y LIBRE

A diferencia de sus contemporáneas, la Güera Rodríguez era de carácter fuerte y libre, además de poseer una belleza incomparable. 

Retrato de Manuel Tolsá pintado por Rafael Ximeno y Planes  (Museo Nacional de Arte, Ciudad de México).

De su rostro se hizo un único retrato y se piensa que Manuel Tolsá esculpió la Virgen de La Profesa inspirándose en ella.

MUJER FRÍVOLA

Debido a su cercanía con el mundo de los hombres, Rodríguez terminó por ser estigmatizada como una mujer frívola que sedujo a insurgentes, virreyes y otros personajes históricos.

GUILLERMO BARBA

Guillermo Barba (Ciudad de México en 1951-2020), escritor que busca reivindicar la imagen de la que puede ser considerada la primera feminista en México, comenta:

“La Güera fue libre de cuerpo, pero también de mente. Tuvo dos estigmas:

 El primero, conseguir su propia libertad como mujer, y  El segundo, la libertad de su patria.

Ambas las consiguió a pesar de que tenía familia y de haber puesto en

riesgo su riqueza. Desde 1808 hasta la consumación de la Independencia en 1821:

 Se mantuvo viuda,

 Fue madre de cinco hijos,

 Arriesgó su vida,

 Se enfrentó a la Inquisición y

 Conspiró para alcanzar el sueño libertario.”

Al morir la "Güera Rodríguez", desapareció la figura de mayor relieve, socialmente

hablando, que había habido en México durante los siglos XVIII y XIX.

Murió el padre Juan Manuel de Elizalde, tercer marido de la "Güera Rodríguez", a

los ochenta años, el 12 de diciembre de 1870.

Tecate, B. C., julio 5 del 2023