Editoriales

¿Qué significan 5 años de victoria?

Mas allá de los logros evidentes de una política que entiende y desdobla el papel del Estado como un promotor y garante de derechos, que en términos llanos a sacado de la pobreza a cerca de 9 millones de mexicanos.

La 4T tiene una relevancia regional a 5 años del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el humanismo mexicano y su hacedor: El pueblo de México, tienen un papel clave.

Se están cumpliendo 5 años del inició de la cuarta transformación. En 2018 se cristalizó en la victoria popular una larga lucha, heredando las agendas y las causas del siglo XX, revitalizadas a partir de los retos propios de nuestro siglo, en 2018 se alcanza una vez más El imposible, otra “Sierra Maestra” otra “Vietnam” otro triunfo que toma por asalto a la región latinoamericana y al mundo. El triunfo de Andrés Manuel López Obrador junto con ello el triunfo de la izquierda en México pone en relieve las viejas esperanzas, los viejos bríos y las viejas palabras de: “Un mundo mejor es posible”.

¿En que sentido?
En la región, victorias populares convertidas en proyectos alternativos de nación habían sufrido un golpe, la primera ola progresista de Nuestra América se enfrentaba a sus propios límites, la Casa Blanca estaba habitada por un personaje abiertamente derechista y con ello la política exterior de los Estados Unidos convivía de forma agresiva con los pueblos decididos a dejar atrás el neoliberalismo.

En ese escenario, francamente desolador, en esa especie de derrota lenta y prolongada, con el fantasma domestico del fraude electoral, triunfa, contra todo lo establecido, la izquierda. ¿El reto? El buen gobierno. Reto que se ha abordado entendiendo el poder político como una herramienta para la justicia social.

Acostumbrados a la crítica y a la resistencia, la izquierda de pronto ganó, con mucho esfuerzo, con mucha organización, fue momento de pasar a la ofensiva. Momento de implementar una visión Anti-neoliberal que se tradujera en una política pública humanista.

Fue el momento de rescatar al Estado y la soberanía política de las manos del mercado, del Gran Capital y de sus operadores extranjeros y nacionales. Y el Gobierno de la 4T lo ha hecho. El triunfo de 2018 pudo ser solo poético, abonar a la lucha de los pueblos del mundo una bandera más, pero no, el triunfo se ha convertido en algo práctico y tangible y justo eso lo vuelve un motor de cambio en toda la región Latinoamericana.

Inversión pública, nacionalización de bienes estratégicos, promoción de derechos, solidaridad internacional, revolución pedagógica, austeridad republicana, combate a la corrupción, esos son factores reales que influyen de forma positiva en la gran agenda Latinoamericana frente al imperialismo y sus manifestaciones.

No cabe duda, la 4T lo ha demostrado que “Otro mundo es posible”.

Michelle Tejeda.