
DE CADETE A PRESIDENTE
Profr. José Luis Bobadilla Acosta
Taller de Historia de Tecate, A. C.
PEDRO MARÍA BERNARDINO ANAYA ÁLVAREZ
DE CADETE A PRESIDENTE
Nació el 20 de mayo de 1794 en San Mateo de Huichapan, un pueblo localizado en el hoy estado de Hidalgo.
Sus padres fueron Pedro José Anaya y Maldonado y María Antonia de Álvarez, ambos españoles.
El 21 de Mayo de 1794, fue bautizado Pedro Bernardino Anaya y de Álvarez.
Fue registrado como Pedro Bernardino, pero sus padres que eran profundamente religiosos le quitaron el Bernardino y se lo cambiaron por María, en honor de la Virgen María.
En su tierra natal vivió parte de su niñez y juventud y ahí mismo cursó sus primeros estudios.
VOCACIÓN
Después de su instrucción primaria, le impartieron clases de Filosofía y Teología, ya que querían que fuera sacerdote, pero a él le gustaba la carrera de las armas.
Comenzó su carrera militar en el Ejército Real Español en 1810 a los 16 años, como cadete en la compañía de Tres Villas.
En julio de 1811, se unió al Regimiento de Tres Villas de don Julián Villegas y a los 17 años fue cadete.
A los 19 fue ascendido.
En el servicio de las armas se distinguió por su profesionalismo y lealtad inquebrantable al ejército realista y a la Corona española, por lo que fue ascendido al grado de Capitán el 31 de agosto de 1819.
Sin embargo, por ser un hombre nacido en provincia, supo de las angustias y pesares de las clases desprotegidas y explotadas por el régimen colonial.
AGUSTÍN DE ITURBIDE
Se integró al ejército insurgente en junio de 1821, después de que Agustín de Iturbide (38) había proclamado el Plan de Iguala.
Tomó parte en la acción de la Hacienda de la Huerta, cerca de Toluca, Estado de México, cuando las tropas Trigarantes se enfrentaron a los realistas, triunfando los defensores de la Independencia al dejar cerca de 300 bajas realistas, contando a muertos, heridos y prisioneros, además de quitarles artillería y parque.
VICENTE FILÍSOLA
Siendo Cadete, fue integrante de la expedición del Gral. Vicente Filisola (33), cuando éste luchó por la liberación de Guatemala del dominio español; y logró cuando pudo reunir al Congreso de dicho territorio en 1823, proclamando su independencia.
El 17 de enero de 1823 fue nombrado Comandante de Escuadrón.
En marzo de 1828 fue ascendido a Teniente Coronel.
Fue electo diputado por el Estado de México a la Cámara de Diputados (1828-1830).
BATALLA DE TAMPICO
ANTONIO LÓPEZ DE SANTA ANNA
Se distinguió en el campo de batalla mientras luchaba contra la invasión española junto a Antonio López de Santa Anna (1829).
Fue ascendido a Coronel en 1829.
Fue presidente de la Cámara de Diputados (3 de agosto de 1829 – 27 de agosto de 1829) durante una sesión en la que se aprobaron poderes extraordinarios para el presidente Vicente Ramón Guerrero Saldaña (47).
COMANDANTE GENERAL
En octubre de 1829, fue nombrado Comandante General de la Ciudad de México.
JOSÉ MARÍA BOCANEGRA
Encabezó la defensa del Palacio Nacional contra los insurgentes (23 de diciembre de 1829), pero no pudo evitar la caída del gobierno provisional de José María de los Dolores Francisco Germán del Espíritu Santo Bocanegra y Villalpando (42).
Pero no todo era traición y maldad, pues el glorioso soldado que más tarde hiciera magnífica resistencia al ejército norteamericano durante la oprobiosa invasión de 1847, el general don Pedro María Bernardino Anaya Álvarez (53), al frente de trescientos hombres y dos cañones, rechazaba el ataque que aquéllos llevaban a cabo entre la una y las dos de la madrugada del día 23 de diciembre de 1829; les obligó a retroceder, estableciéndose un persistente e inefectivo tiroteo.
Volvió a ocupar su escaño en el Congreso en 1830; elegido presidente de la Cámara de Diputados del 30 de octubre de 1830 al 30 de noviembre de 1830.
En julio de 1831 solicitó una licencia con goce de sueldo para atender su quebrantada salud.
CORONEL
En mayo de 1833, ascendió a Coronel, fue nombrado Jefe de la Guarnición del Palacio Nacional.
Durante la presidencia de Valentín Gómez Farías, en agosto de ese año de 1833,fue ascendido a general de brigada por haber sido leal al Partido Liberal. Después de esto, Anaya ocupó cargos civiles, incluyendo un período como administrador del servicio postal el 23 de octubre. |
Elegido diputado por el Estado de México a la Cámara de Diputados (1833-1834).
JOSÉ JOAQUÍN HERRERA
Los vaivenes políticos lo dejaron sin empleo y al borde de la miseria desde la segunda mitad de la década de 1830 hasta 1845, cuando su amigo y antiguo compañero de armas José Joaquín de Herrera llegó a la presidencia y lo nombró secretario de Guerra y Marina, cargo que desempeñó por muy poco tiempo, pero que le permitió salir de la oscura posición en que se encontraba.
El 2 de octubre de 1843, el General JoséValentínRaimundo Canalizo Bocadillo ( 49) subió a la Presidencia y como era amigo del Gral. Anaya, lo nombró Jefe del Batallón de Inválidos de México.
Fue Senador de la República y el 14 de agosto del 1845, el Presidente Herrera lo nombró Ministro de Guerra.
En abril de 1846 volvió a la Jefatura del Batallón de Inválidos y en diciembre de ese mismo año fue nombrado Diputado al Congreso de la Unión.
MARIANO PAREDES
Después de la caída del gobierno de Herrera en diciembre de 1845, Anaya se retiró de la opinión pública, ya que estaba en contra de las políticas del presidente José Mariano Epifanio Paredes y Arrillaga (48).
Cuando Gómez Farías regresó a la presidencia en 1847, Anaya era presidente del congreso y firmó el controvertido decreto de guerra de Gómez Farías que nacionalizaba las tierras de la iglesia.
En 1847 fue electo al Congreso Federal.
En el mismo año, suprimida ya la Vice-Presidencia, el Congreso concedió licencia al Gral. Antonio López de Santa Ana para ausentarse de la Presidencia de la República; y fue nombrado como sustituto el Gral. Anaya para que tomara las riendas del país el 1 de abril de 1847, cuando el territorio sufría ya la injusta invasión norteamericana.
Al regresar el Gral. Santa Ana, asumió el poder el 21 de mayo del mismo año, por lo que el Gral. Anaya pasó a ocupar puestos de gran importancia en el Ejército.
Fue Jefe de varias columnas militares que, contra la invasión yanqui, defendían a México.
BANDERA DEL BATALLÓN DE SAN PATRICIO
En la defensa de este bastión, localizado en el sur de la Ciudad de México, fue apoyado por el Batallón de San Patricio, formado por irlandeses católicos desertores de las filas estadounidenses.
Defendido a sangre y fuego, con lo que tuvo y pudo, originó pérdidas importantes al ejército invasor.
En Churubusco combatieron con valor extraordinario el día 20 de agosto de 1847, cargando cañones y mosquetes hasta con piedras debido a que se había terminado el parque de las fuerzas mexicanas.
PATRICK DALTON
Patrick Dalton (23), segundo en el mando del glorioso batallón, derribó por tres veces consecutivas la bandera de tregua, continuando la lucha en cada ocasión.
DAVID EMANUEL TWIGGS
Cuando al fin entraron las tropas estadounidenses, al mando del general David Emanuel Twiggs (57), este le preguntó al General Anaya por las armas, pertrechos y municiones, a lo cual el general le contestó:
“¡Si hubiera parque, no estaría usted aquí!”
La batalla fue relevante no solo por la victoria estadounidense, que hizo posible el ganar la Guerra Mexicana-Estadounidense, pero también por la participación histórica del Batallón de San Patricio.
Setenta y dos hombres del Batallón San Patricios fueron sometidos a consejo de guerra por el Ejército de los Estados Unidos como desertores.
Se celebraron dos consejos de guerra separados, uno en Tacubaya el 23 de agosto y otro en San Ángel el 26 de agosto.
De hecho, durante el juicio, Dalton fue el único prisionero que se opuso al
capitán Alexander, del ejército estadounidense ya que éste lo había
maltratado en el camino a los tribunales.
CASTIGOS
Los que formaban parte del ejército estadounidense antes de la declaración de guerra oficial, el capitán O´Reilly entre ellos, fueron azotados con 50 latigazos y marcados con hierro candente en la cara, con la letra “D” de desertores, encerrados y sentenciados a trabajos forzados.
En conjunto, esta fue la ejecución masiva más grande en la historia de los Estados Unidos.
Los que entraron en el ejército mexicano tras la declaración de guerra, fueron ahorcados en masa como traidores en tres diferentes días:
• El 9 de septiembre de 1847 en el pueblo de San Ángel, frente a la iglesia de San Jacinto, ejecutaron a 16 soldados.
• El 10 de septiembre se ejecutaron otros cuatro en el pueblo de Mixcoac.
• Finalmente, el 13 de septiembre se ejecutaron a 31 soldados en Chapultepec.
AHORCAMIENTO MASIVO DE LOS COMPONENTES DEL BATALLÓN DE SAN PATRICIO.
Por orden del General Winfield Scott (63), los últimos ahorcamientos se sucedieron al final de la batalla de Chapultepec, el día 13 de septiembre de 1847, habiéndose mantenido a los prisioneros parados sobre carretas, con la soga al cuello, y amarradas sus manos a la espalda, durante casi diez horas, en espera de la muerte.
Incluso Francis O’Connor, un soldado irlandés quien convalecía de la amputación de ambas piernas fue llevado a rastras hasta el patíbulo a última hora.
Al serles leída la sentencia que advertía que serían ahorcados cuando el pabellón estadounidense sustituyera al mexicano en el Colegio Militar de Chapultepec, convertido en fortaleza, Dalton contestó retador: ¡Entonces moriremos de viejos!
John Riley fue llevado en el último instante para que presenciara el fin de su batallón.
Fue entonces cuando sucedió algo extraordinario.
Con dificultad, Riley se irguió y dio la orden de fuego que todos los sentenciados contestaron con vítores a Irlanda, México y la libertad.
EXTERMINIO
Así fue exterminado el glorioso Batallón de Artillería de San Patricio, a cuyos hombres, los mexicanos con gran respeto y admiración llamaban “los colorados”, y los que recibieron del gobierno de México la “Cruz de La Angostura”, por su destacadísima actuación en la batalla de La Angostura, en donde diezmaron a un batallón estadounidense y le capturaron dos de sus cañones.
John Riley (42) y unos pocos fueron indultados en consideración a que se habían pasado a los mexicanos antes de la declaración de guerra, aunque se cree que más bien lo dejaron vivo para que sufriera en vida su humillación y la muerte de sus paisanos.
Sin embargo, todos sin excepción, incluso los condenados a muerte, sufrieron la pena de 50 azotes con látigos de siete puntas y la marca a fuego con la “D” de desertor.
A Riley le fueron dados casi cien azotes y se le marcó dos veces con la letra de infamia, fingiendo supuestos errores en la cuenta de azotes y en la forma de marcarlo a fuego, se le marcó en la nalga y bajo su ojo derecho.
Las ejecuciones se sucedieron en tres episodios, frente a la población mexicana, que fue testigo de la infamia cometida contra aquellos prisioneros inermes a los que se obligaba a cavar su propia tumba antes de ejecutarlos.
Los que sobrevivieron a la guerra, desaparecieron de la historia.
Unos pocos pudieron reclamar las tierras prometidas por el gobierno mexicano.
Anaya cayó prisionero y estuvo hasta el final de la guerra como prisionero de los estadounidenses.
MANUEL DE LA PEÑA Y PEÑA
El 12 de noviembre del mismo 1847, nuevamente por elección del Congreso, volvió a ocupar la Presidencia de la República, recibiéndola de manos del Lic. Manuel de la Peña y Peña (58), y permaneciendo en la misma hasta el 7 de enero de 1848 en que nuevamente entregó el poder al mismo Lic. Peña y Peña.
Más tarde, Anaya volvió a ocupar interinamente la presidencia de México del 13 de noviembre de 1847al 8 de enero de 1848.
Cuando se presentó ante el Congreso Nacional a rendir la protesta de ley como Presidente de la República, lo hizo llevando en el pecho nuestra bandera tricolor y, ante el peligro que acosaba a la Patria, juró defenderla hasta la muerte, estableciendo desde entonces la costumbre que perdura hasta nuestros días de que, debido a su alta investidura, los Presidentes de nuestra República lleven en el pecho los colores nacionales en actos propios de su primera magistratura.
Anaya gobernó desde Querétaro.
El 8 de enero de 1848, expiración del plazo de acuerdo con el art. 2 de la Ley de 9 de noviembre de 1847.
Ocupó la cartera de Ministro de Guerra y Marina en la administración provisional de Manuel José María de la Peña y Peña (69) durante la última etapa de la Guerra Mexicoestadounidense.
Siendo fue puesto en libertad el General Anaya tras la firma de los Tratados de Guadalupe.
CORREOS
Regresó para servir como director general de correos (1848-1849).
Fue también Gobernador del Distrito Federal del 10 de julio de 1849 al 2 de enero de 1853.
John Riley, después de cumplir durante casi un año la pena de trabajos forzados hasta el final de la ocupación estadounidense, desapareció casi sin dejar huella.
Tras una pertinaz búsqueda, el escritor e historiador Robert Ryal Miller, autor de “Shamrock and Sword”, encontró el acta de defunción de un hombre de nombre Juan Reley, en la parroquia del puerto de Veracruz.
John O´Reilly murió a finales de agosto de 1850 y fue enterrado en Veracruz el 31 de agosto de ese año, con el nombre de Juan Reley, el mismo con el que se hallaba inscrito en los archivos del Ejército Mexicano.
Ese mismo año el Ejército Mexicano tomó la decisión de disolver el Batallón.
El General Anaya ascendió a director general de Correos (1852-1854) y simultáneamente fue nombrado ministro de Guerra y Marina (1852-1853) en la administración de José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez (50).
Falleció por una fuerte pulmonía el 21 de marzo de 1854 en Villa de Azcapotzalco, teniendo unos funerales modestos y se dice que fue sepultado en el panteón de Dolores en México.
La Patria le erigió un monumento en la Calzada de Tlalpan de la Ciudad de México, que posteriormente se cambió al teatro de su mayor hazaña:
El Convento Churubusco.
Tecate, B. C., Diciembre 20 del 2023.