Editoriales

Paseando por los paradores de España (XVI)

CARLOS MORA ÁLVAREZ

Dícese que en otro tiempo secuestró a una Princesa, un caudillo musulmán de las tierras de Oropesa y que luego pidió el Moro un rescate por su presa.
la devuelvo si me daís en oro lo que pesa, por eso en el escudo, en memoria del suceso, aparece una mujer que esta sujetando un peso, en el nombre de la Villa, se condensa el argumento.

¿Fue mentira, fue verdad?

El epígrafe anónimo que engalana la presente entrega, lo leímos maravillados, donde está pintado en una muralla al salir de El Parador de Oropesa caminando a la antigua estación del tren a mediados de mayo del año 2023 mi amada GEMY y el escribidor. “¿Amor conoces Talavera de la Reina”?, le pregunté con gran ilusión a mi esposa el día de las madres, comiendo en Madrid, su respuesta fue tan conmovedora, como ilustrativa….”No mi vida, no la conozco, pero podemos llegar por la vía ferroviaria en menos de una hora y ahí muy cerquita está El Parador de Oropesa que me encantaría conocer, supongo para variar, que hay una corrida de toros, hago los arreglos de inmediato, con mucho gusto”.

¡Qué tal se las gasta mi Soberana para las aventuras!, ¡cómo no adorarla!, pues bien queridas amigas, apreciados amigos, distinguidas lectoras, insignes lectores, lean a continuación lo que sucedió, además de las distintas lecciones que les compartimos muy agradecidos por su amable atención.

Llegamos a la estación de Talavera de la Reina a las 14:30 horas del día 14 de mayo, para presenciar una corrida de toros que encabezaba José Antonio Morante de la Puebla, de la que como últimamente sucede, salió absolutamente triunfante en hombros de la afición.
Al concluir felices el festejo, tomamos un taxi que nos condujo en menos de 30 minutos a nuestro destino – una primicia para ambos – que enfáticamente nos alboroza, porque a estas alturas, cuando conocemos perfectamente el concepto de estas majestuosas instalaciones, descubrir nuevas expectativas nos llena de emoción.

El Parador de Oropesa, es un antiguo Castillo, convertido en Palacio gracias a sus propietarios originales; la familia Álvarez de Toledo, Condes de Oropesa, desbordado de claustros medievales donde han convivido de forma indistinta, en variadas épocas, desde la aristocracia española, pasando por varios obispos con sus miembros de la jerarquía católica, hasta militares, según la referencia histórica.
Fue el segundo integrante de la cadena nacional inaugurado el 11 de marzo del año 1930, previamente comentamos que el primero fue El Parador de Gredos, situado en Navarredonda de Gredos en Ávila, que abrió sus instalaciones el día 9 de octubre del 28′ del siglo pasado, siendo el primer huésped de honor, S.M. Alfonso XIII acompañado por la corte y particularmente del gran impulsor del proyecto – por encargo del propio Rey – el Señor Marqués de la Vega-Inclán.

Sin embargo, El Parador de Oropesa con sus místicas edificaciones fue el primero con estas características de; Palacio y Castillo a las que se sumarían añejas edificaciones construidas, algunas, desde el siglo XIV que incluyen Hospitales

(como El Parador de los Reyes Católicos en Santiago de Compostela), Monasterios, Iglesias, Abadías y un largo etcétera de místicos y mágicos inmuebles que en esta etapa – varios de ellos – se encuentran en renovación, para sí se puede, mejorar modernizando sus bellas instalaciones, como es el caso de actualización de este emblemático Parador en plena remodelación.

Sinceramente, no hay forma de comparar sus paradisíacas habitaciones, así como sus soberbios espacios para la alimentación y la barra de excepción, considero particularmente que están al nivel de las mejores.

Por cierto, lo que jamás podré olvidar, fue el delicioso “Pepito” que cene para cerrar la inolvidable jornada, valga decir que por lo pronto, es el mejor que he disfrutado en la Madre Patria, sin la menor duda, desde la primera vez que pise esta bendita tierra hace ya, un cuarto de siglo, gracias a mi Dios Padre.

AÑORANZA:

La Plaza de toros de Talavera de la Reina tiene una historia legendaria por infinidad de razones que brevemente enumeramos para su conocimiento.

1.- Su nombre oficial es “La Siesta”, pero los talabricenses le llaman cariñosamente “La Caprichosa”.

2.- Su construcción data del siglo XIX, cuando abrió sus puertas para las ferias patronales en septiembre de 1890.

3.- La construcción final concluyó hasta el año 1958 cuando se culminan los palcos superiores.

4.- Los taurinos irredentos la consideramos la meca del toreo, al recordar tristemente la muerte de “Joselito” en pleno ruedo, el 16 de mayo de 1920, lamentables sucesos que aún duelen, cuando hoy se mantienen en la memoria, con el busto del torero más poderoso de la historia frente a la Plaza, de donde partió hacia la posteridad.

Hasta siempre, buen fin.