Editoriales

Nuestras Preocupaciones 

XVI Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C

“Marta lo recibió en su casa. – María escogió la mejor parte”

Lucas 10, 38-42

¿Escoger la mejor parte en tiempos de tantas exigencias, por

tanto, de más preocupaciones? Si el saber qué hacer ante las

diversas situaciones de la vida nos dotaba con el instructivo de

la costumbre para resolverlas favorablemente, las nuevas

realidades personales, familiares, sociales en que vivimos han

añadido, no sólo otras preocupaciones sino también

enfermedades anímicas y emocionales: estrés, tristeza,

ansiedad, angustia, desesperanza, desconfianza…

No me imagino la vida sin sus buenas dosis de pendientes,

problemas, retos. Las preocupaciones vienen en el paquete,

antes que las ocupaciones. Mientras la vida sea recorrer las

diferentes etapas de desarrollo con bien, las preocupaciones se

asomarán por las ventanas de la conciencia y harán mella en el

cuerpo, las relaciones interpersonales y el tejido social.

El Evangelio de este domingo habla de la actitud del discípulo

de Jesús ante estas realidades. No olvidemos que Lucas nos

envía

-también en vacaciones- a la escuela del discipulado mientras

Jesús sube a Jerusalén. “Marta, Marta, muchas cosas te

preocupan y te inquietan”, le dice a Marta; María, parece estar

ocupada en otros menesteres.

Ante “el afanarse en muchos quehaceres” de Marta, Jesús da la

razón a María y con mucho: “escogió la mejor parte y nadie se la

quitará”. ¿Esto significa que el trabajo doméstico de Marta

carece de valor? ¿Que favorece el aparente pasivismo de María?

¿Hay trabajos superiores? De ninguna manera. El sentido del

diálogo entre Jesús y las hermanas de Lázaro es otro.

En el texto proclamado se insinúan ya las grandes tensiones y

preocupaciones generadas en la Iglesia primitiva. El momento

que vive es muy delicado: debe decidir si quedarse encerrada enel mundo judío o abrirse a la catolicidad, a todos los pueblos.

Marta quiere jalar a su hermana al campo de la sola

observancia de la ley. Su deficiencia está en la preocupación

excesiva que hace olvidar y descuidar lo más importante.

Jesús acentúa que María ha escogido la mejor parte, es decir,

ha encontrado la “sola cosa necesaria”: Jesús y el reinado de

Dios. María elige la senda del discipulado “sentándose a los pies

de Jesús”, como quien quiere aprender. Desde ahí todo lo

demás se ve como una “añadidura”. Buscar el Reino de Dios y

su justicia será para el discípulo misión y tarea donde deberá

poner todo su corazón incluyendo sus respectivas

preocupaciones.

Como a Marta, a nosotros cristianos del siglo XXI muchas

preocupaciones nos agobian e inquietan. El resultado es la

dispersión, la confusión, la indiferencia, la desconfianza, el

vacío. Pareciera que el mundo que construimos está tan

alrevesado que nos conformamos con ‘las añadiduras’. El gran

drama de nuestro tiempo es que “la sola cosa necesaria” está

siendo descartada como fundamento, sentido y orientación de

nuestros proyectos, por tanto, de nuestra esperanza.

La máxima preocupación del cristiano debería ser el “venga a

nosotros tu Reino”. Si éste viene de verdad y en la verdad, la

historia irá caminando poco a poco hacia su plenitud. Entonces

habremos escogido la mejor parte que nadie nos arrebatará.

Con mi bendición y afecto, en tiempo de vacaciones.

+ Sigifredo

Obispo de/en Zacatecas