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León XIV, el primer papa estadounidense, despierta esperanzas y tensiones en la frontera sur de EE.UU.

El paso de un cardenal nacido en Chicago a líder del Vaticano podría redefinir el debate migratorio entre la Iglesia católica y la Casa Blanca

La elección de León XIV como nuevo papa ha generado un inusual clima de expectativa en la frontera entre Estados Unidos y México, especialmente entre quienes han dedicado años a la defensa de los migrantes. Para muchos, su nombramiento representa una continuidad del legado de Francisco y un posible contrapeso moral frente a las políticas migratorias promovidas por Donald Trump.

Lejos de los festejos solemnes en el Vaticano, en lugares como El Paso una de las ciudades más católicas del país, la noticia ha sido recibida como una oportunidad histórica. “Es un papa con corazón para los migrantes, los trabajadores, los pobres y los desfavorecidos”, aseguró Rubén García, director de Annunciation House, una red de albergues que actualmente enfrenta presiones legales del gobierno de Texas.

León XIV, cuyo nombre secular es Robert Prevost Martínez, nació en Chicago en 1955, y es el primer estadounidense en ser elegido como sumo pontífice. Sin embargo, su origen no parece augurar una relación especialmente cercana con la actual Administración republicana. Durante su tiempo como cardenal, Prevost mostró en redes sociales posturas contrarias a acuerdos migratorios entre EE.UU. y El Salvador, así como críticas hacia figuras como el vicepresidente JD Vance.

La postura migratoria de León XIV se fue gestando durante los años que vivió en Perú, donde trabajó directamente con comunidades vulnerables, incluidos miles de refugiados venezolanos. Esa experiencia, según defensores, le otorga una perspectiva concreta sobre las causas y consecuencias del desplazamiento humano.

James Marcus McFadin, rector de la Catedral de San Patricio en El Paso, subrayó: “Desde su elección, he escuchado que la migración será una de sus prioridades. Continuará con el mensaje y la misión de Francisco”. McFadin admitió estar sorprendido por la elección de un papa estadounidense, algo que nunca imaginó presenciar.

También en Texas, Antonio Fernández, director de Caridades Católicas en San Antonio, celebró la posibilidad de que León XIV funcione como un puente entre el mundo latinoamericano y la política estadounidense. “Podrá dialogar con la Casa Blanca. Es una oportunidad única para buscar soluciones humanas y justas para los migrantes”, dijo.

Durante su pontificado, Francisco mantuvo una postura crítica hacia Trump, llegando a declarar que construir muros “no es cristiano” y que rechazar a los migrantes era “pecado”. Aunque aún es temprano para saber si León XIV seguirá el mismo tono directo, sus primeras señales apuntan a una firme continuidad ética.

Trump, por su parte, reaccionó con inusitada moderación. Tras generar polémica en redes sociales durante el cónclave al publicar una imagen de sí mismo vestido de papa, el expresidente se mostró respetuoso. “Es un gran honor saber que es el primer papa estadounidense. ¡Qué emoción y qué honor para nuestro país!”, expresó, anticipando su deseo de reunirse con el pontífice.

Aunque el futuro de las relaciones entre León XIV y la Casa Blanca es incierto, en la frontera sur de Estados Unidos muchos ya lo ven como un aliado crucial en la defensa de la dignidad humana.

Con información de Baja News