Las claves del anuncio de Trump por el supuesto riesgo de autismo en el uso de paracetamol en el embarazo

El presidente estadounidense generó controversia al sugerir que el uso de Tylenol durante la gestación podría aumentar el riesgo de autismo, pese a la falta de consenso científico sobre esta relación
Las recientes afirmaciones del presidente Donald Trump durante un anuncio esperado han generado debate acerca de los riesgos potenciales del Tylenol (paracetamol) en el embarazo y su relación con el autismo. Trump, acompañado de sus principales asesores en temas sanitarios, recomendó que las mujeres embarazadas no consuman Tylenol a menos que sea absolutamente necesario.
En sus declaraciones, Trump expresó opiniones médicas propias que no han sido verificadas, además de presentar iniciativas concretas dirigidas a sensibilizar a las mujeres embarazadas y a los proveedores de salud respecto al uso de este medicamento.
Dentro de su intervención, Trump volvió a repetir afirmaciones desacreditadas previamente, como la supuesta relación entre las vacunas y el autismo, una creencia impulsada por un estudio de 1998 de Andrew Wakefield, más tarde retractado por la revista médica Lancet.
Trump también sugirió, sin aportar pruebas, que las vacunas combinadas contra el sarampión, la rubéola y las paperas sean administradas de manera separada y con intervalos más largos. Además, defendió que los recién nacidos no deben recibir la vacuna contra la Hepatitis B, argumentando que la transmisión ocurre usualmente por vía sexual, olvidando que existen otras formas de contagio y posibles consecuencias de salud.
El presidente fue más allá al pedir la eliminación del mercurio y el aluminio de las vacunas, dos componentes ampliamente estudiados y clasificados como seguros por las autoridades de salud. Según las propuestas presentadas, el gobierno estadounidense prevé lanzar campañas educativas y desalentar la sobreprescripción de Tylenol, a la vez que se impulsan nuevas líneas de estudio enfocadas en los factores ambientales asociados al autismo.
Relación sugerida entre el uso de Tylenol en el embarazo y el autismo
Durante el anuncio, Trump recomendó específicamente que las mujeres embarazadas eviten el uso de acetaminofén —comercializado como Tylenol y conocido ampliamente como paracetamol— a menos que sea estrictamente necesario.
Según el presidente norteamericano, tan solo en casos de fiebre extremadamente alta debería considerarse su uso, sugiriendo que las mujeres embarazadas deberían evitar este medicamento siempre que puedan “resistirlo”. Esta advertencia se basa en estudios que han explorado una posible relación entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y un mayor riesgo de que los hijos desarrollen autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Existe una base de más de dos decenas de investigaciones alrededor del mundo que han sugerido una posible conexión entre el uso materno de este analgésico y el diagnóstico posterior de trastornos del neurodesarrollo en los hijos. No obstante, el mismo segmento de la comunidad científica señala la existencia de otros estudios que contradicen ese vínculo, lo cual mantiene el debate sin un consenso definitivo. En consecuencia, actualmente no existe una conclusión firme sobre si el uso de Tylenol durante el embarazo puede aumentar el riesgo de autismo.
Robert F. Kennedy Jr., secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, intervino para matizar la postura del gobierno, reconociendo que no existen alternativas prácticas al paracetamol seguras para embarazadas, ya que otros analgésicos han mostrado ser perjudiciales en ese contexto. Por ello sostuvo que la recomendación es emplear la menor cantidad posible y durante el menor tiempo necesario cuando su administración resulte imprescindible.
Adicionalmente, el director de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos(FDA), Dr. Martin Makary, anunció que este organismo autorizará una nueva etiqueta en el producto que advertirá a las embarazadas sobre posibles efectos en la salud, reflejando así la intención de reforzar el enfoque precautorio hacia el uso de Tylenol durante la gestación.
Inclusión de un nuevo tratamiento para autismo en Medicaid y posturas médicas
En el marco de estas nuevas políticas, el Dr. Mehmet Oz, a cargo de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, comunicó que el seguro público Medicaid dará cobertura a un tratamiento farmacológico para el autismo con leucovorina. Este programa público cubre aproximadamente a la mitad de la población infantil en Estados Unidos, por lo que la noticia podría tener un impacto significativo si las compañías privadas de seguros médicos deciden seguir el mismo camino que el sistema público.
La leucovorina, utilizada habitualmente como terapia complementaria en determinados tratamientos de quimioterapia y en casos de anemia, fue objeto de interés a raíz de una investigación reciente en India, donde se observó que niños diagnosticados con autismo presentaron mejoras mayores tras el tratamiento con este fármaco respecto al grupo que recibió placebo. No obstante, la comunidad científica mantiene posturas divididas al respecto. Alycia Halladay, directora científica de la Autism Science Foundation, aclaró en una declaración a USA Today que su organización no reconoce actualmente la leucovorina como una terapia válida para el autismo.
El Dr. Oz puntualizó que, pese a la inclusión de la leucovorina en el listado de medicamentos cubiertos, los pacientes deberán contar con una prescripción de su médico tratante, quien será responsable de evaluar la pertinencia de la medicación, considerando el historial clínico individual de cada paciente. Además, la FDA se encuentra en proceso de aprobar este uso particular del fármaco para el tratamiento de niños con autismo.
Estas medidas reflejan la intención de ampliar el acceso a terapias nuevas o alternativas para el trastorno del espectro autista, aunque persiste la cautela y la exigencia de un mayor respaldo científico para considerar a la leucovorina como una opción estándar en la atención del autismo.
Estado actual del conocimiento científico sobre las causas del autismo
La comprensión sobre el origen del trastorno del espectro autista sigue siendo un tema abierto dentro de la comunidad científica. Si bien se han identificado numerosos factores genéticos y ambientales relacionados con su aparición, ningún hallazgo ha establecido una única causa inequívoca para el desarrollo de esta condición. El autismo, caracterizado por una amplia variedad de manifestaciones en las habilidades sociales y la comunicación, se sigue explorando a través de diversas hipótesis y líneas de investigación.
Durante el anuncio, Trump informó que los Institutos Nacionales de Salud (NIH) asignarán nuevos fondos para analizar en mayor profundidad las causas del autismo. Esta decisión buscaría subsanar lo que algunos consideran una falta de equilibrio en los enfoques de las investigaciones previas, que históricamente han dado mayor peso a los factores genéticos por encima de los ambientales.
Kennedy Jr. criticó abiertamente que los estudios anteriores del NIH priorizaran los aspectos genéticos, reiterando que la atención a variables ambientales resulta esencial. Kennedy comparó la situación actual con “estudiar las causas genéticas del cáncer de pulmón sin considerar el tabaco”, una analogía destinada a destacar la importancia de evaluar el ambiente en el análisis de condiciones complejas como el autismo.
Este debate resalta no solo la falta de consenso científico sobre los factores determinantes del autismo, sino también la agenda gubernamental de impulsar investigaciones integrales que contemplen tanto lo genético como lo ambiental en la búsqueda de respuestas y posibles soluciones.
Respuestas y objeciones de la comunidad médica y el fabricante de Tylenol
Las reacciones a las declaraciones y medidas anunciadas por el gobierno estadounidense no se han hecho esperar, tanto por parte del fabricante de Tylenol como de organizaciones médicas de referencia. Kenvue, la compañía responsable de la producción de Tylenol, emitió un comunicado en el que rechaza con firmeza la afirmación de que el consumo de acetaminofén en el embarazo cause autismo.
La empresa sostiene que la evidencia científica independiente respalda la seguridad del medicamento cuando se utiliza siguiendo las dosis recomendadas y advierte sobre el riesgo sanitario que implican mensajes alarmantes dirigidos a mujeres gestantes.
La American Psychiatric Association también se pronunció de manera clara respecto a las nuevas posturas. Mediante un comunicado, subrayó que las vacunas no provocan autismo y que cualquier vínculo sugerido carece de sustento en la literatura científica revisada por pares. La organización psiquiátrica recordó que el autismo es un trastorno complejo y que la idea de que un número limitado de estudios haya establecido una relación causal resulta incorrecta, además de reiterar el amplio respaldo a la seguridad del acetaminofén en embarazo cuando se administra conforme a las indicaciones médicas.
En cuanto al tratamiento con leucovorina, la Asociación Psiquiátrica subrayó que este medicamento no figura entre las terapias recomendadas para el espectro autista y que serán necesarios años de investigación adicionales antes de que pueda considerarse apropiado para esa finalidad. Tanto las organizaciones médicas como el sector farmacéutico insisten en que cualquier decisión sobre tratamientos debe tomarse en el marco de la relación entre el médico y su paciente, fundada en la evidencia clínica disponible.
Con información de Infobae