Editoriales

La contra reforma laboral de AMLO: Justicia histórica.

En el marco del 117 aniversario de la huelga obrera de Río Blanco, el Presidente Andrés Manuel López Obrador fue tajante en el carácter político e ideológico del proyecto de nación que inicio hace 5 años a partir de una revolución pacífica: ¡Al carajo el neoliberalismo!

En ese tenor, es importante recalcar que el modelo neoliberal no es nada más una especie de fantasma horrible que se usa para asustar a los niños. No es una palabra inventada para diferenciar a buenos y malos políticos o buenas y malas políticas públicas, no.

Es un modelo socioeconómico y cultural que tiene expresiones reales, tangibles y materiales. Se basa en el achicamiento del estado frente al mercado. De abandonar el gasto público y entregar los canales para la satisfacción de derechos fundamentales a la iniciativa privada tanto en México como en toda América Latina tuvo consecuencias terribles para el grueso de las masas trabajadoras y por supuesto un sinfín de beneficios para los administradores del gran capital trasnacional y sus agentes domésticos.

Una de las tantas formas en las que se materializo el neoliberalismo en este país fue el sistema de pensiones.

En los inicios del periodo neoliberal (sexenios de Salinas y Zedillo) las pensiones pasaron de ser responsabilidad de los patrones y el Estado, a ser directamente responsabilidad de las y los trabajadores, arrastrando desigualdades en cuanto al acceso, monto y calidad de los retiros.

El trabajador se volvió responsable de ahorrar para su retiro mientras que la empresa, estableciendo relaciones de explotación, se lavaba las manos. ¿Y el Estado? Bien gracias. Volteaba para otro lado. No intervenía jamás como garante de derechos de la clase trabajadora.

Ya en la década de los 2010-2020, la fuerza laboral, joven, se veía totalmente abandonada. Trabajando ya no viendo los centros labores como un pivote para mejorar su calidad de vida y su futuro, sino solamente para sobrevivir.

A esa fuerza laboral, el presidente AMLO, con la energía que le caracteriza, hoy le hace una promesa. Tendremos pensiones dignas. El estado recuperará su papel como benefactor de la fuerza trabajadora y popular que le impulsa y lo sostiene.

A las y los jóvenes, hoy si les toca un futuro. Una vejez digna, un retiro que permita volver de nuevo a ver el trabajo como fuente de bienestar y dignificación de la vida y no más como la tortura diaria por sobrevivir.

Esa es la naturaleza del proyecto de nación obradorista. Las y los jóvenes en el centro. Porque somos el presente y ahora tendremos un futuro.

Michelle Tejeda.