La audiencia, que congregó a más de 500 periodistas, fue parte del juicio contra diez acusados de participar en el robo
Kim Kardashian compartió este martes en el Palacio de Justicia de París los detalles del robo que sufrió en octubre de 2016, un ataque que la dejó marcada por el miedo y la incertidumbre. En una emotiva declaración, la famosa empresaria y estrella de la telerrealidad explicó que temió por su vida durante el asalto a su habitación en un hotel de lujo, en el corazón de París, donde dos hombres armados irrumpieron en plena madrugada.
La audiencia, que congregó a más de 500 periodistas, fue parte del juicio contra diez acusados de participar en el robo, que tuvo un botín valorado en más de 10 millones de dólares, entre ellos un anillo de compromiso que Kanye West le había regalado. La declaración de Kardashian fue un testimonio revelador sobre el miedo extremo que experimentó, y las secuelas psicológicas que aún arrastra.
“Estaba segura de que iba a morir, absolutamente”, expresó la celebridad, visiblemente afectada, mientras relataba cómo dos hombres armados con pistolas la amenazaron en su propio apartamento. En su testimonio, detalló el momento angustiante en el que uno de los delincuentes la ató con bridas mientras el otro le apuntaba con el arma. “Pensé que me iban a disparar en cualquier momento”, afirmó.
Durante el asalto, que ocurrió entre las 2 y las 3 de la mañana, Kardashian estuvo sola en su habitación mientras su hermana Kourtney y su guardaespaldas estaban fuera. Los asaltantes, que iban encapuchados y vestidos con uniforme de policía, también la atacaron de una manera que la hizo temer por su integridad física. “Pensé que me iban a violar”, confesó, refiriéndose al momento en que uno de los asaltantes la amordazó mientras ella estaba desnuda en la cama, luego de que el batín que llevaba puesto se cayera.
En su testimonio, Kardashian hizo un esfuerzo por comunicarse con los delincuentes a través del conserje, quien estaba maniatado y servía como intermediario, rogándoles que se llevaran las joyas pero que no la mataran, pues tenía hijos pequeños. “Estaba bastante histérica”, recordó.
El impacto emocional del suceso fue profundo, y Kardashian admitió ante el tribunal que el robo cambió su vida de manera irreversible. Ahora, vive con una constante sensación de inseguridad, lo que la ha llevado a aumentar sus medidas de seguridad, incluyendo la contratación de varios vigilantes nocturnos. Además, ha cambiado sus hábitos en las redes sociales, dejando de compartir información en tiempo real sobre su ubicación para evitar poner en peligro su seguridad o la de su familia.
El juicio, que involucra a diez personas acusadas de planear y ejecutar el robo, ha tenido un aire tenso, con el acusado principal, Aomar Ait Khedache, mostrando señales de arrepentimiento. A pesar de su condición física deteriorada, Ait Khedache ofreció disculpas, y Kardashian, visiblemente conmovida, respondió con un gesto de perdón, aunque subrayó que su experiencia y la de su familia no podía ser ignorada. “Este robo cambió mi vida”, concluyó.
Este juicio, que sigue atrayendo la atención de los medios de todo el mundo, no solo marca el cierre de un capítulo doloroso en la vida de Kardashian, sino que también pone de manifiesto las consecuencias emocionales que puede tener un trauma de esta magnitud.
Con información de Baja News