Ciencia Y Tecnología

Innovadora solución de Costa Rica a los viajes largos en autos eléctricos, es pionera en América Latina

En el camino a Monteverde, Costa Rica, un pueblo de montaña ubicado en un bosque nuboso como sacado de otro mundo, el restaurante El Sol se encuentra en el borde de un acantilado.

Es la última parada antes de un empinado camino cuesta arriba de vistas brumosas y curvas cerradas.

Parece un tradicional “soda”, un restaurante al borde de la carretera que sirve “casado” (arroz, frijoles y carne) y jugos frescos. Excepto que también tiene un cilindro plateado con letras verdes en el estacionamiento: la primera terminal de carga de vehículos eléctricos (VE) que hay en el área.

“Es como con los teléfonos inteligentes”, dice Minor Oliverio, propietario de El Sol. “Con el tiempo, todos tendrán cargadores y vehículos. Pero alguien tiene que ser el primero“.

La estación es parte de la Ruta Eléctrica Monteverde, la única red de cargadores de América Latina creada para evitar la ansiedad que sienten los conductores de autos eléctricos de no tener suficiente carga para llegar a su destino.

Hasta antes de la pandemia, Monteverde recibía más de 200.000 visitantes por año, La mayoría de ellos viajaba en camionetas grandes que creaban atascos en el corredor comercial.

En contraste con la infraestructura de cargadores de VE concentrada en las ciudades, la Ruta Eléctrica está impulsando su instalación en localidades apartadas.

“No estamos esperando que el gobierno instale cargadores”, dice Katy Van Dusen, una vecina de Monteverde y fundadora de la Comisión Monteverde hacia la Resiliencia al Cambio Climático (Corclima), la cual ideó la Ruta Eléctrica.

Una solución sustentable

Costa Rica ha instalado cerca de 200 estaciones de carga rápida y semirrápida, pero la mayoría de ellas se encuentran en la capital, San José, y sus alrededores.

Otros 85 puntos de carga son los que ha sumado la Ruta Eléctrica Monteverde.

Si bien su instalación es costosa para la mayoría de las empresas rurales, Van Dusen y su equipo involucran a propietarios de hoteles y restaurantes, cafeterías, operadores turísticos y reservas naturales para ofrecer cargadores gratuitos a los clientes.

Mientras esperan que sus vehículos se carguen, los visitantes pueden comer, dormir, comprar o caminar. Van Dusen llama a esto “cargar con un propósito”.