Editoriales

Honig

Era un empresario, un funcionario no partidista, electo por sufragio universal y quien había publicado un libro con sus tesis: “The last chance for our children”.

Fue un fuerte conocer el sistema educativo de California y más aún, encontrarme con su líder, Bill Honig. Finalizaba el 86 y la gente corría a sus hogares para organizar el día de gracias. Pocos quedaban en la oficina, cuando me invitan a saludar al Súper intendente de educación de ese estado: Honig. Por principio, era un empresario, un funcionario no partidista, electo por sufragio universal y quien había publicado un libro con sus tesis: “The last chance for our children”.

Bill conocía el México cercano a los californios: la Baja. Trataba con algunos docentes y administradores hispanos y para ellos había respeto y reconocimiento.

Le presenté mi proyecto como becario de El Banco Mundial y mis experiencias como profesor en ejidos del Valle de Mexicali.

Entonces, la educación norteamericana vivía una aterradora campaña de descrédito: todos opinaban e intervenían, menos los profesores y los pater familia. Una frase en boga decía que “, si un extraño enemigo intentase hacer daño a esta nación (Norteamérica), por el estado de su educación, podría pensarse que hubiese logrado su objetivo”.

Honig me dijo que “la gente reclama que las aulas de California que sean clases vivas de democracia” … “, que los niños y jóvenes pudieran en sus aulas encontrar su vocación como buenos ciudadanos y seres útiles a su comunidad”.

El desafío era retomar los valores tradicionales, como trabajo en casa, mentoría, valores en conciencia e impulso a literatura, ciencias, historia y matemáticas. Disciplina y auto control en las aulas para crecer todos, juntos y unidos.

Honig dirigió por más de una década. Me persuadió su entusiasmo y con esa motivación regrese a mi país, a recrear esas vivencias, que viví en las escuelas que visite.

“La manera como eduquemos a 40 millones de pequeños en preescolar y primaria determinará si a inicios del próximo siglo, seguimos siendo líderes mundiales en tecnología, la primera economía y la mejor democracia de la historia”. me dijo Honig…hace 40 años.

Antonio Meza