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El origen de Júpiter: nuevas mediciones apuntan a que canibalizó planetas enanos

El interior de Júpiter está probablemente lleno de ‘cadáveres’, de restos de planetas enanos que el gigante gaseoso fue engullendo a medida que se iba convirtiendo en el coloso que conocemos hoy en día. Además de ser el mayor planeta del Sistema Solar, Júpiter también es uno de los más antiguos, de los primeros en formarse en nuestro rincón de la Vía Láctea, pero se conoce muy poco sobre ese proceso de formación.

Ahora, gracias a un análisis químico de los componentes que hay debajo de la atmósfera opaca del planeta, se sabe un poco más. Para conseguirlo se han utilizado datos gravitacionales recolectados por la misión Juno de la NASA. Así se ha realizado un mapa del material rocoso que hay en el núcleo de Júpiter. Ahí es donde parecen estar fundidos los restos de planetas enanos absorbidos por Júpiter en su fase de expansión. El gigante no fue siempre gaseoso, nació integrando material rocoso, igual que el resto de planetas del Sistema Solar.

Ese núcleo adquirió tanta densidad que empezó a atraer gases que se encontraban dispersos a grandes distancias, sobre todo hidrógeno y helio liberados al nacer el Sol.

Sobre el nacimiento del núcleo rocoso de Júpiter hay dos teorías. Una describe una acumulación de miles de millones de rocas espaciales. La segunda es la que ahora refuerza la nueva investigación, publicada en Astronomy and Astrophysics, que se apoya en los datos recabados por Juno. Según esta otra teoría, el núcleo de Júpiter se formó por la absorción de planetas enanos que podrían haber dado lugar, de no haberse integrado en una masa mayor, a planetas como la Tierra o Marte.

Los datos de Juno sugieren que el material rocoso de Júpiter tiene altas concentraciones de elementos pesados que equivalen a entre 11 y 30 veces la masa de la Tierra. Estos materiales rocosos suponen entre un 3% y un 9% de la masa total de Júpiter, una proporción mayor de la que se creía. Precisamente, que la masa rocosa del planeta sea más elevada es un indicador a favor de la teoría del origen a través de la absorción de planetas, porque la integración de rocas más pequeñas hace difícil explicar tal concentración de elementos pesados.

Información de NIUS