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El nuevo ‘vestido de la venganza’ lo vistió Rosalía.

La conocida cantante escogió un vestido negro con escote pronunciado para interpretar ‘Se nos rompió el amor’ en los Latín Grammy. El diseño hace un guiño al vestido negro que Diana de Gales vistió en 1994 tras conocerse la infidelidad de su marido.

Rosalía pisó el escenario de los premios Grammy Latinos 2023 luciendo un atractivo vestido negro con escote corazón firmado por Schiaparelli. La cantante, que interpretó una versión de Se nos rompió el amor, la canción que Manuel Alejandro compuso para Rocío Jurado en 1985, en lo que muchos interpretaron como un guiño al fin de su relación con el también cantante Rauw Alejandro, también mandó un mensaje velado a través de su estilismo. Por si la indirecta no hubiera quedado clara cuando Rosalía modificó el final de la canción para cantar Se nos rompió el amor, de tanto usarlo… o de no usarlo“, la catalana escogió un vestido negro con escote corazón que recuerda al bautizado como ‘vestido de la venganza’ que Lady Di popularizó en 1994. Un diseño imposible de pasar por alto teniendo en cuenta que era la primera vez que Rosalía veía a Rauw Alejandro públicamente desde que rompieran su compromiso el pasado julio.

Diana de Gales lució dicho diseño, que en su caso fue un little black dress de la diseñadora Christina Stambolian y que dejaba al descubierto sus hombros, la misma noche que el príncipe Carlos iba a admitir en un documental emitido en prime time televisivo haberle sido infiel con Camilla Parker Bowles durante su matrimonio. Fue un punto de inflexión en la imagen de la princesa, tachada de tímida hasta entonces, y un ejemplo de manual de cómo utilizar la ropa como herramienta simbólica de poder. Desde entonces, cada vez que una celebrity aparece vestida de negro después de una ruptura, la comparación con la princesa del pueblo es completamente inevitable.

Si bien el concepto de vestido de la venganza  lleva implícito connotaciones conservadoras – ‘castigar’ al exmarido o exnovio evidenciando en público ‘lo que se está perdiendo’–, es imposible simplificar así este tipo de estilismos porque sería negar el poder que tiene la moda para enviar mensajes. Estos vestidos son, por encima de todo, una declaración de poder femenino, una forma de que las mujeres se adueñan de su propia narrativa como hizo hace tres décadas Diana de Gales. En aquel momento, Lady Di cambió los cuellos de bebé, los lazos y las faldas midi que había lucido durante su matrimonio con Carlos de Inglaterra por un vestido ceñido, sexy y poderoso que escandalizó a la sociedad de la época. Diana lo había comprado tres años antes y jamás se había atrevido a lucirlo. Su aparición aquella noche con el vestido negro en cuestión cambió para siempre su imagen pública y la hizo dueña, de forma simbólica, de su propia historia al igual que la noche de los latín Grammys con Rosalía.