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Benedicto XVI pide perdón, pero niega haber actuado mal frente casos de abuso sexual

(CNN) –– El papa Benedicto XVI rechazó este martes las acusaciones de que él sabía en 1980 que un sacerdote bajo su control era un abusador. También negó haber ocultado intencionalmente su presencia en una reunión sobre el sacerdote ese año. Y luego pidió perdón a las víctimas de abuso.

Benedicto XVI, ahora de 94 años, fue el primer papa en siglos que renunció al cargo en 2013. A su mandato de ocho años lo opacó un escándalo mundial de abuso sexual en la Iglesia católica.

Recientemente, Benedicto ha sido blanco de críticas por su tiempo como arzobispo de Munich y Freising, entre 1977 y 1982, luego de que se conociera un informe que encargó la Iglesia sobre abusos de parte del clero católico allí.

La investigación encontró que a Benedicto le informaron sobre cuatro casos de abuso sexual que involucraban a menores ––incluidos dos durante su estadía en Munich–– pero él no actuó. El reporte también reveló que él había asistido a una reunión sobre un abusador identificado como el Sacerdote X, aunque el testimonio que el papa entregó a los investigadores señalaba que no participó.

Días después de la publicación del informe, Benedicto XVI admitió que había estado en la reunión. Y culpó de su negación anterior a los investigadores a “un error en la edición de su declaración”.

Este martes, cuatro expertos que trabajan para Benedicto XVI dijo que él, entonces conocido como Joseph Ratzinger, estuvo presente en la reunión, no sabía que el sacerdote era un abusador.

“Se trataba exclusivamente del alojamiento del joven Sacerdote X en Munich porque tenía que someterse a terapia allí. Esta solicitud se cumplió. Durante la reunión no se mencionó el motivo de la terapia”, dijeron los expertos.

Benedicto XVI admite haber estado en reunión

El pasado 24 de enero, Benedicto XVI admitió que estuvo en esa reunión de 1980 en la que se habló del sacerdote abusador. En ese momento atribuyó su negación de haber estado allí a “un error en la edición de su declaración”.

La admisión se produjo en un comunicado a la Agencia Católica de Noticias a través de su secretario privado, el arzobispo Georg Gänswein, quien dijo que el error “no se había cometido con malas intenciones”, sino que era “el resultado de un error en el procesamiento editorial de su declaración” a la investigación independiente encargada por la arquidiócesis de Munich-Freising.

Está “muy arrepentido” por esto y pidió que lo excusaran, dijo Gänswein.