
Promovió la organización de una maestría binacional, donde varios educadores fronterizos de Mexicali tuvimos la oportunidad de obtener el conocimiento
Mi maestro Reynaldo era originario de Saltillo. Se fue muy joven a los EU a trabajar y a estudiar geografía y biblioteconomía. Al paso del tiempo se especializó como el bueno en estudios latinoamericanos y obtuvo una plaza en San Diego State University, campus Calexico. Daba clases en ambas universidades de la frontera, SDSU y en la Autónoma de Baja California en Mexicali.
Rey –para sus amigos-, siempre fue un emprendedor y constructor de acuerdos. Recorría cada cinco años toda la América hispano parlante en una combi, en compañía de Martha, su mujer de origen argentino. Rey escribía y convivía con sus alumnos. Su casa de Calexico era una pequeña ONU donde departían personajes de toda la América que por algún motivo estábamos en la frontera de México y California.
Creador de la revista Estudios Fronterizos, la convirtió en un foro para los investigadores de la región y una novedad por sus trabajos en inglés y español simultáneamente. Promovió la organización de una maestría binacional, donde varios educadores fronterizos de Mexicali tuvimos la oportunidad de obtener el conocimiento y el grado en el campus principal de SDSU.
Ayala fue concejal del distrito escolar y promotor del grupo de danza folclórica mexicana de Calexico, donde participaba un colectivo de entusiastas adultos mayores. Cuando se estableció el nuevo campus de SDSU en el desierto cercano a Brawley, me comentó que se iba a desmontar un gran terreno y que toda la flora debía de ser rescatada. Fuimos y contribuimos con algunos ejemplares.
En el año de 1998 tuve el privilegio de acompañarlo a Palacio Nacional, en la Ciudad de México, donde el Presidente Ernesto Zedillo le entregó en mano su documento de doble nacionalidad y lo saludó con afecto conocedor de la trayectoria de Ayala, su paisano de región.
Hace unos días emprendió su último viaje, partiendo rodeado de su familia y satisfecho de haber sido un verdadero héroe anónimo en la frontera que tanto amó. Abrazo Martha, sus hijos y nietos con respeto y reconocimiento hacia la familia de este gran maestro.
POR ANTONIO MEZA ESTRADA
COLABORADOR
YERBANIS33@GMAIL.COM