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Austria confina a los no vacunados mientras aumentan los casos de COVID en toda Europa

VIENA, 15 nov (Reuters) – Austria impuso el lunes un confinamiento a las personas no vacunadas contra el coronavirus a medida que se acerca el invierno y aumentan los contagios por toda Europa, mientras Alemania estudia la posibilidad de imponer restricciones más estrictas y Reino Unido amplía su programa de dosis de refuerzo a los adultos más jóvenes.

Europa se ha convertido de nuevo en el epicentro de la pandemia, lo que ha llevado a algunos países a considerar la posibilidad de volver a imponer restricciones en vísperas de las Navidades y ha suscitado el debate sobre si las vacunas son suficientes por sí solas para controlar el COVID-19.

El virus se propaga más fácilmente en los meses de invierno, cuando la gente se reúne en interiores.

La semana pasada, Europa registró más de la mitad de los contagios en todo el mundo, según la media móvil de siete días, y cerca de la mitad de las últimas cifras de muertes, según un recuento de Reuters, los niveles más altos desde abril del año pasado, cuando el virus estaba en su pico inicial en Italia.

Los Gobiernos y las empresas temen que la prolongación de la pandemia haga descarrilar la frágil recuperación económica.

El Gobierno austriaco, liderado por los conservadores, declaró que unos dos millones de personas en el país, de unos nueve millones de habitantes, ya solo pueden salir de sus casas por un número limitado de motivos, como por ejemplo para ir al trabajo o a comprar productos básicos.

Sin embargo, existe un escepticismo generalizado, incluso entre los conservadores y la policía, sobre cómo puede aplicarse este encierro: será difícil verificar, por ejemplo, si alguien se dirige al trabajo, lo cual está permitido, o va a comprar artículos no esenciales, lo cual no lo está.

“Mi objetivo es muy claro: conseguir que los no vacunados se vacunen, no confinar a los no vacunados”, dijo el canciller Alexander Schallenberg a la radio ORF al explicar el confinamiento, anunciado el domingo.

El objetivo es contrarrestar un aumento de las infecciones hasta niveles récord, alimentado por una tasa de vacunación completa de solo alrededor del 65% de la población, una de las más bajas de Europa occidental.