Un accidente de aviación -en abril de 1958- privó al país -y en particular a Baja California-, de tener a su primera mujer gobernadora a mediados
Un accidente de aviación -en abril de 1958- privó al país -y en particular a Baja California-, de tener a su primera mujer gobernadora a mediados del siglo pasado. Aurora Jiménez de Palacios había sido la primera diputada federal electa y la primera quien tomó la tribuna en ese recinto legislativo el 7 de septiembre de 1954: hace setenta años -suceso que por cierto pasó desapercibido-.
En esa década se marcaron varios hitos en la norteña entidad: en su reciente constitución, por vez primera la mujer accedió a derechos plenos. También, fue allá donde por vez primera las mujeres ejercieron el voto en comicios municipales y estatales en 1956.
Anecdóticamente, podemos señalar que, en BC se dio en ciclos de tres décadas la posibilidad de que una mujer llegara a la gubernatura: para 1959 se esperaba fuera Aurora; en 1989 Margarita Ortega y finalmente en 2019 llegó Marina del Pilar: a la tercera fue la vencida.
Habrá que decir que Aurora ejerció como diputada federal sólo un año, justo cuando la Cámara sesionaba una vez por periodo; así, su ejercicio fue de septiembre de 1954 a agosto de 1955. Ella ganó en una elección extraordinaria, dado que el joven estado tenía -como anterior territorio-, una sola curul y Aurora ocupó la segunda.
En su primera intervención habló de sus prioridades: la familia y las comunidades originarias, el rezago y la deuda pendiente del resto de la sociedad hacia ellos. Ella, era una joven abogada, nacida en Nayarit, e hizo la universidad en Jalisco; emigró con su marido a Baja California donde participó activamente en las primeras jornadas cívicas de la entidad, como la elección de diputados constituyentes en 1952, así como los primeros comicios para munícipes y gobernador el año siguiente.
De sus hijos, Martha tomó la estafeta en el servicio comunitario y la militancia política. Allí coincidimos y creamos una gran amistad que me honra.
Ahora, que, gracias al esfuerzo de innumerables féminas hemos llegado por fin al tiempo de mujeres, que sean estas líneas un homenaje a la primera legisladora federal que tuvo México por Baja California.
POR ANTONIO MEZA ESTRADA
COLABORADOR
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