Editoriales

Una estancada y la otra encantada.

La Dra. Claudia Sheinbaum cerró su precampaña con la fuerza histórica que representa nuestro movimiento. El más grande del mundo actualmente.

Miles estuvimos presentes, su discurso fue una potente declaración de humanismo mexicano.

El segundo piso de la transformación se va a construir con la agenda de las clases trabajadoras, así como la de las y los jóvenes, mujeres, el cuidado del medio ambiente y sobre todo, el cimiento más importante seguirá siendo el principio rector de nuestra lucha: “Por el bien de todos primero los pobres”.

La Dra. Claudia Sheinbaum, cuenta con el respaldo de un movimiento que ella misma ayudo a construir. Es una militante de la causa, con verdadero eco ideológico en la izquierda y en sus militancias: La lucha estudiantil, ambientalista y feminista. 

Es pues una “Chaira” de tradición, además es importante tener en cuenta eso, la respalda por un lado su vocación a la ciencia, su entrega a la lucha y claro su experiencia como Jefa de Gobierno de la CDMX.

Cuenta con la esperanza, la verdadera esperanza, la del pueblo. No la mafia del poder que anhela recuperar sus privilegios. Eso no es esperanza, en el mejor de los casos es cinismo, y en el peor, venganza.

Una venganza de los poderes fácticos, que sin saber siquiera lo que son, Xóchitl Gálvez representa.

Bajo esa bandera, la del PRIAN y la mafia del poder, el cierre de la Señora X, fue un reflejo de lo que viene: Más mentiras, guerra sucia, mucho parloteo y nada de subir en las encuestas de intención del voto.

Xóchitl cerró estancada, mientras que Claudia cerró encantada.

¡Es tiempo de mujeres de izquierda!

El obradorismo tiene ya una nueva meta. Llevar a Claudia Sheinbaum a la presidencia y construir junto con ella el segundo piso de la Cuarta Transformación.

Michelle Tejeda.