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Tensiones en el T-MEC: alertan presión de EU para que México acepte maíz transgénico

Expertos señalan que el tema será clave en la próxima ronda de renegociaciones del acuerdo comercial

La discusión sobre el maíz transgénico volvió a encenderse en México luego de que el ministro en retiro José Ramón Cossío advirtiera que Estados Unidos buscará imponer la aceptación de maíz genéticamente modificado como condición dentro de las próximas renegociaciones del Tratado México–Estados Unidos–Canadá (T-MEC). Según Cossío, Washington insistirá en que México elimine las restricciones que ha mantenido para proteger la salud pública y su diversidad agrícola.

El tema cobró fuerza desde que el gobierno mexicano emitió un decreto para limitar el uso de maíz transgénico y del herbicida glifosato, medidas que buscaban proteger las más de 60 razas nativas de maíz y reducir riesgos para la salud. Estados Unidos impugnó esas decisiones ante el mecanismo de solución de controversias del tratado, argumentando que carecían de sustento científico y afectaban el libre comercio.

El panel del T-MEC falló a favor de Estados Unidos, determinando que México debía ajustar sus políticas a los compromisos pactados. Este resultado generó preocupación entre organizaciones campesinas y ambientales, que temen que la apertura al maíz transgénico incremente la dependencia alimentaria del país y ponga en riesgo las variedades tradicionales que forman parte del patrimonio biocultural del territorio mexicano.

De cara a las renegociaciones, analistas advierten que el tema del maíz será uno de los puntos más tensos en la agenda bilateral. Para México, la defensa de su soberanía alimentaria y de su biodiversidad es un asunto central; para Estados Unidos, garantizar el acceso de su maíz modificado al mercado mexicano representa un interés comercial estratégico.

Mientras ambos países afinan posturas, el debate vuelve a colocarse en el centro de la vida pública. Productores, especialistas y organismos civiles coinciden en que lo que se decida en los próximos meses podría marcar el rumbo del campo mexicano y definir cuáles serán los límites —o concesiones— de la política agrícola nacional en el marco del T-MEC.

Con información de Baja News