
Un video protagonizado por jóvenes de San Gregorio Atlapulco denuncia represión policial y exige justicia, utilizando el trend para visibilizar demandas comunitarias y derechos humanos
En los últimos días varios usuarios de redes sociales han participado en un nuevo trend, donde los colores, las calles de México, los Chicuarotes,una cumbia y los payasos sean viralizado rápidamente.
El trend viral “Ojitos mentirosos” se origina por la historia que se desarrolla en la películaChicuarotesproducida por el director mexicano, Gael García Bernal, en el 2019.
A pesar de que este trend resalta muchos aspectos de la cultura mexicana, sus barrios, sus sabores, colores; algunas personas también lo han utilizado como una forma de protesta para exponer las problemáticas y desigualdades que enfrentan los mexicanos.
¿De dónde viene este trend?
En este trend, algunos usuarios retoman el audio de la película y otros no, se retrata un México profundo, lejos de lugares gentrificados o zonas adineradas. Por ejemplo, mercados y transporte público.
El trend viral se trata de jóvenes caracterizados como payasos, que se graban en diferentes zonas de México, usualmente mostrando los paisajes urbanos de sus pueblos y ciudades; los videos están musicalizados con la cumbia de la agrupación mexicana, Tropicalísimo Apache, Ojitos mentirosos.
“Se los dijimos por las buenas, no quisieron ahora se chingan…”, menciona el audio antes de comenzar la cumbia.
Chicuarotes cuenta la historia de “Cagalera” y “Moloteco”, un par de amigos que viven en el pueblo de San Gregorio Atlapulco, al sur de la Ciudad de México, se dedican a trabajar como payasos callejeros, quienes se movilizan su hogar ubicado en una zona semiurbana hasta el centro de la Ciudad de México para presentar su acto en los camiones.
Cansados de no conseguir dinero ni risas en el público, un día deciden iniciar asaltar el transporte público, lo que desencadena diversos actos ilícitos en situaciones complejas.
San Gregorio Atlapulco no solo es ficción, es uno de los pueblos originarios de la capital mexicana que se encuentra en la alcaldía de Xochimilco, es reconocido por su zona chinampera y la dedicación que tienen las personas por conservar un sistema agrícola prehispánico basado en la chinampa.
A los habitantes de estas personas se les conoce por el gentilicio “Chicuarotes”, de acuerdo con el texto “La conservación agroecológica del Paisaje Cultural Chinampero en San Gregorio Atlapulco: un acercamiento interdisciplinario”, uno de los productos que se cosechan en esta zona es el chile chicuarote.
Según el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), el origen de la palabra “Chicuarote” —usado para nombrar a los habitantes de San Gregorio, conocidos por su terquedad—, el término surge de “chincual”, que describe a niños inquietos, a quienes se amenazaba con chile como método para calmarlos.
Esta palabra proviene del náhuatl “Tzincoatl”, nombre de una serpiente relacionada con el maíz, y llegó al español como “cincuate”.
La asociación con el chile influye en el uso del término, que evoluciona a “Chicuarote” y da nombre también a una variedad de chile cultivada en la zona.
“Chicuarotes no es etiqueta, es pueblo: Atlapulco recuerda y resiste”
Max Negrete, habitante del pueblo de San Gregorio Atlapulco, se unió a este trend, pero como una forma de protesta.
En el video, tres jóvenes caracterizados como payasos —dos mujeres y un hombre—nos narran con carteles lo que ocurrió el 5 de septiembre del 2024: autoridades de la Ciudad de México reprimieron una protesta pacífica para exigir el cese de la criminalización contra la defensora de derechos humanos, Hortensia Telésforo.
En agosto de 2024, Telésforo recibió en su casa una notificación para comparecer el 5 de septiembre en el Reclusorio Sur, donde conocería los detalles de una investigación por el presunto delito de despojo.
Según la Asamblea Permanente de Atlapulco, esta acusación está ligada a la reapertura de la biblioteca “Adolfo López Mateos”, que permanecía cerrada desde el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Tras el daño causado por el terremoto, el sitio se transformó en un símbolo de la movilización comunitaria y en “Casa del Pueblo Tlamachtiloyan”.
Max Negrete, menciona en la descripción del video que durante la represión a la protesta, cinco personas, —entre ellas periodistas, estudiantes y habitantes originarias— fueron privadas de su libertad sin justificación.
Según Negrete, los arrestados permanecieron incomunicados durante varias horas tras su traslado a una agencia del Ministerio Público en Tlalpan, lo que provocó una exigencia pública de liberación.
Negrete señaló que la presencia de cuerpos policiales de élite, enviados por el Gobierno de la Ciudad de México, generó señalamientos por violaciones a derechos humanos.
Un año después, las demandas de justicia y esclarecimiento continúan sin avances en la sanción de quienes participaron en los hechos. El caso sigue sin resolución y, según Max los responsables directos cuentan con protección de autoridades como Clara Brugada, Circe Camacho y Claudia Sheinbaum, en línea con lo que han señalado miembros de la comunidad de Atlapulco.
Max enfatizó “Somos chicuarotes, no personajes de una película, no una marca, no un botín político. Somos un pueblo, una identidad, una resistencia”.
Con información de Infobae