
Un mal del PRI, PAN y ahora de Morena
Afortunadamente ya detuvieron a un pez gordo, y todo indica que ahora sí, actuará el Estado. Se trata de Carlos Alberto Treviño, ex director de Pemex.
La impunidad es uno de los grandes problemas de México; es decir, aquí, quien la hizo, no la pagó. La corrupción es un mal de casi todas las naciones, pero nos diferenciamos de la mayoría de los países porque allá, muchas veces, sí reparan el daño o van a la cárcel los culpables.
Podríamos decir que México fue por muchos años el paraíso para delinquir. Estar cerca del poder presidencial daba permiso para todo. Era una máquina muy bien aceitada. No importaba el delito, con lana bailaba el perro.
Por ejemplo, el caso Odebrecht expuso la fragilidad de las democracias latinoamericanas ante la corrupción internacional, pero muchos países reaccionaron. Aquí nos cruzamos de brazos y volvimos a ser la nación donde todo se pudo, y no pasó nada.
En Brasil, epicentro del escándalo, los 349 millones de dólares repartidos en sobornos, fueron a parar a las arcas federales. Implicó a figuras como Dilma Rousseff, que fue destituída, y hasta la cárcel fue a parar Lula.
En Perú, Ollanta Humaya y su esposa fueron encarcelados; Alejandro Toledo enfrenta cargos por recibir 20 millones de dólares y Pedro Pablo Kuczynski dimitió, porque compró votos con dinero que venían de la petrolera.
En Colombia todo indica que un testigo clave se suicidó, o lo mataron para que no abriera la boca. En Ecuador se implicó al vicepresidente Jorge Glas y cercanos al ex presidente Rafael Correa están en la cárcel.
En República Dominicana hay seis implicados, todos próximos a la Presidencia de la isla. En Argentina, cercanos a la Casa Rosada, hoy viven tras las rejas.
En Panamá, Honduras y Guatemala también se reportaron sobornos y hay investigaciones en curso, pero lo más importante: se han confiscado bienes.
Aquí, solamente tenemos al cínico profesional de Emilio Lozoya que, entre el escándalo y la impunidad mexicana, come pato laqueado, bebe tequila y vinos de nombre impronunciable.
Lo peor es que pasaron siete largos años de que nos gobierna la izquierda, y tampoco pasó nada. Afortunadamente ya detuvieron a un pez gordo, y todo indica que ahora sí, actuará el Estado.
Se trata de Carlos Alberto Treviño, ex director de Pemex. Según Lozoya, recibió 4 millones de dólares a cambio de autorizar un contrato para la planta Etileno XXI.
Es ingeniero egresado del Tec de Monterrey, con dos maestrías. Con Fox fue Oficial Mayor de la Secretaria de Energía y después saltó a Economía. Fue muy cercano a Peña Nieto, y ya veremos qué es lo que declara sobre el ex presidente, cuando llegue a México.
Nunca es tarde para hacer justicia. Ojalá y sea el comienzo del fin para acabar con la impunidad. Y claro, lo más importante es que desterremos la corrupción que, parece, es un mal común del PRI, PAN y ahora de Morena.
COLOFÓN:
+Muchos están temblando. Si ese dinero se fue a campañas, caerá Treviño y otros tricolores.
+¿El ex director de Pemex recibió instrucciones o actuó solo?
+¿Se convertirá en testigo colaborador?
POR GUSTAVO RENTERÍA
COLABORADOR
GUSTAVO@GUSARTELECOM.COM.MX
X: @GUSTAVORENTERIA