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Revelan  que hackers del Cártel de Sinaloa  espiaron al FBI para localizar y asesinar informantes 

El objetivo del hacker era rastrear a testigos clave en el juicio contra “El Chapo” con el fin de intimidarlos o incluso asesinarlos.

En 2018, mientras el FBI intensificaba las investigaciones contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, el Cártel de Sinaloa recurrió a métodos cibernéticos para proteger su estructura criminal. Según un reciente informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia de Estados Unidos, el cartel contrató a un hacker con la misión de espiar a funcionarios estadounidenses en la Ciudad de México. Y así rastrear a testigos clave con el fin de intimidarlos o incluso asesinarlos.

LO QUE LOGRÓ EL HACKER

El hacker logró infiltrarse en los sistemas de vigilancia alrededor de la Embajada de EE.UU. en la capital mexicana. Desde ahí, siguió los movimientos de un agregado legal del FBI que servía de enlace en las investigaciones. Este individuo no solo consiguió el número telefónico del agente, sino que accedió a su historial de llamadas y datos de geolocalización.

Además, utilizó el sistema de cámaras públicas de la Ciudad de México para seguir al funcionario, identificar a las personas con las que se reunía y enviar esa información al cartel. Según el reporte, la organización criminal usó esos datos para intimidar y, en algunos casos, asesinar a posibles fuentes de información.

HACKERS AL SERVICIO DEL NARCO

El uso de tecnología por parte de los cárteles mexicanos no representa una novedad. Desde hace más de una década, organizaciones como el Cártel de Sinaloa han integrado brigadas de hackers para operar redes de comunicación clandestinas, vigilar movimientos de autoridades y planear fugas.

En 2014, por ejemplo, el mismo cartel contrató a un hacker con el objetivo de vulnerar el sistema del penal de máxima seguridad de El Altiplano. Donde Guzmán Loera se encontraba recluido antes de su mediática fuga. Años más tarde, ese hacker cambió de bando y colaboró con las autoridades para capturar al lugarteniente Dámaso López Núñez en 2017.

El informe subraya cómo los cárteles han logrado combinar la violencia tradicional con tácticas de ciberespionaje que elevan su capacidad operativa. También revela la vulnerabilidad de los sistemas diplomáticos y de inteligencia en un contexto donde el crimen organizado se profesionaliza tecnológicamente.

Con información de SanDiego Red