
No votar puede agravar las cosas
Estamos a unos días de las elecciones para renovar nuestro sistema judicial, y la mayor parte de los mexicanos no está interesada en el proceso.
México enfrenta una crisis estructural. No exageremos al decir que está podrido. La maldita impunidad, nuestro gran y grave problema, perpetúa la inseguridad.
Según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023, cerca del 93% de los delitos cometidos en el país no se denuncian. En otras palabras, sólo el 7% de los delitos que se cometen aquí, acaban en una carpeta de investigación. Insistimos, la maldita impunidad es de terror.
El mexicano desconfía en sus autoridades, y tenemos una percepción de ineficacia absoluta y, lo peor, tenemos miedo a represalias. Un día un amigo, después de que le robaron dos celulares con violencia, no quería “levantar el acta” porque nos argumentaba que tendría que dar sus datos en el Ministerio Público de Morelos. Lo convencimos, pero sus argumentos eran muy lógicos: “estos tipos sabrán donde vivo y me da pavor”.
De los poquitos delitos denunciados en nuestro país, apenas el 1.3% resulta en una condena, lo que refleja un sistema judicial colapsado, con fiscalías completamente saturadas, escasez de jueces y peritos, y una marcada ineficiencia en la investigación criminal, dicen los especialistas.
Los delincuentes que llegan a las cárceles enfrentan un sistema muy “chafita”. Informes de México Evalúa revelan que muchos logran escapar debido a la corrupción en penales, mientras que otros son liberados por jueces que, en muchos casos, actúan bajo sobornos o resquicios legales mal aplicados.
Nada más en 2022, el 96.3% de los casos conocidos por el MP quedaron impunes, y en delitos graves como homicidios o feminicidios, la impunidad supera el 98% en varios estados. Además, quienes reciben sentencias a menudo logran reducir sus penas mediante negociaciones o fallas procesales, lo que refuerza la percepción de que ser criminal, es fácil aquí.
En México, la frase “quien la hace la paga” suena vacía, ya que la impunidad beneficia tanto a delincuentes comunes como a criminales de alto perfil, incluidos narcotraficantes liberados por “fallas procesales”.
La impunidad en México no solo es un problema de capacidad institucional, sino también de corrupción y falta de voluntad política.
Estamos a unos cuantos días de las elecciones extraordinarias para renovar nuestro sistema judicial, y la mayor parte de los mexicanos no está interesado en el proceso. ¿Las votaciones cambiarán las cosas? ¿Con eso se resolverá el problema? Seguramente no, pero no salir a votar quizá lo puede agravar el terrible estado de las cosas.
COLOFÓN:
* Xi y Putin permanecerán unidos frente a un desquiciado Trump.
* China y Rusia son contrapeso mundial, una especie de “amigos de acero”, ante un EU que se está peleando con todos.
* Tenemos un nuevo orden mundial: ojalá salgamos bien librados.
POR GUSTAVO RENTERÍA
COLABORADOR
GUSTAVO@GUSARTELECOM.COM.MX
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