Ciencia Y Tecnología Notas Curiosas

Las 5 mutaciones que hacen a esta variante del coronavirus más contagiosa y preocupante

La variante delta del coronavirus fue detectada en India en octubre de 2020 y hasta ahora ha llegado al menos a 96 países. 

En algunos de estos países se ha vuelto la variante dominante, como en el caso de Singapur, Reino Unido y Portugal.

Los datos preliminares muestran que es más transmisible que otras variantes, conlleva un mayor riesgo de hospitalización y reinfección, y genera un cuadro de síntomas ligeramente diferentes (más dolor de cabeza y menos tos, por ejemplo).

Se estima que la variante delta es entre 30% y 60% más transmisible que otras variantes del coronavirus.

Esta variante ha suscitado preocupaciones sobre la posibilidad de evadir la protección de las vacunas, pero no hay confirmación de esta hipótesis. 

En otras palabras, los estudios hasta ahora muestran que las vacunas siguen siendo eficaces contra la delta.

En Brasil, la ciudad de São Paulo ya admitió que la delta se está extendiendo en la ciudad, pero no se sabe en qué medida o si llegará a ser dominante. 

Pero ¿qué hace que esta variante delta sea más preocupante?

En términos generales, es un conjunto de “mejoras” genéticas que facilitan la propagación e invasión del cuerpo humano.

Pero no debemos ignorar la problemática ambiental involucrada, es decir, cómo el comportamiento de la sociedad sin medidas de control y prevención también influye en la transmisión de estas variantes.

1. Invasión celular más eficiente

Una parte importante de estos cambios “ventajosos” se han producido en la forma en que el virus se conecta a nuestras células. 

Más específicamente, el vínculo entre la espiga del virus (también conocida como proteína S) y el receptor ACE2, una enzima que se encuentra en la superficie de nuestras células.

Esta espiga actúa como si fuera la llave que abre la cerradura de nuestra célula y permite la invasión del coronavirus. 

Una vez dentro, utiliza la estructura celular para multiplicarse.

En el caso de la variante delta, existen dos mutaciones relevantes en la espiga, que se conocen por los códigos L452R y T478K.

Pero, ¿qué significan estos números y letras? La primera letra es el tipo de aminoácido que existía antes del cambio (L, símbolo de lisina), el número corresponde a la ubicación (452º de 1273 aminoácidos) y la última letra es el aminoácido que entró en su lugar (R, símbolo de arginina).

En términos generales, un virus es un ácido nucleico (ADN o ARN) rodeado por conjuntos de aminoácidos (proteínas). 

La capa externa sirve para adherirse e invadir la célula humana, por ejemplo, y la capa interna sirve como un manual de instrucciones que se utilizará para producir nuevos virus dentro de la célula invadida.

2. Activación más eficiente y teoría de la creación de coronavirus en el laboratorio

Para invadir la célula humana, no es suficiente que un virus encuentre una puerta de entrada y se adhiera a ella: primero debe activarse. 

En el caso de Sars-CoV-2, esta activación ocurre a través de una enzima en el cuerpo humano (llamada furina) que corta la espiga del coronavirus en dos: S1 y S2.

Después de este corte, llamado clivaje, una parte de la espiga (S1) se adhiere a la célula humana y la otra (S2) fusiona su membrana con la membrana de la célula humana, permitiendo la inserción de material genético e iniciando la producción de más virus.

Al cortar la espiga, la enzima hace que se abra y revele secuencias genéticas ocultas que lo ayudan a unirse más estrechamente a las células del tracto respiratorio humano, por ejemplo.

Una mutación cercana a esta ubicación puede alterar aún más este comportamiento.

3. Escapar parcialmente de anticuerpos y vacunas

Fernando Spilki, profesor de la Universidad Feevale y coordinador de la Red Corona-Ômica, en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, utiliza la analogía de las piezas de Lego para explicar el papel de las mutaciones en los eventuales escapes de las variantes del sistema inmunológico y las vacunas.

Al aprender a defenderse, las células de defensa, como los anticuerpos neutralizantes, utilizan partes de los invasores para saber cómo identificarlos y combatirlos. 

Cuando se producen mutaciones en el coronavirus, por ejemplo, es como si las partes de los anticuerpos ya no encajaran bien con las del invasor, lo que facilita el escape.

Por lo tanto, el virus puede al mismo tiempo mutar para acoplarse de manera más eficiente a la puerta de entrada de la célula y escapar parcialmente del encaje con anticuerpos neutralizantes.