Editoriales

Con Valor y Con Verdad 

Títeres de los poderosos

Unámonos, no sigamos haciéndole juego al poder. Que si derecha, izquierda, azules, tricolores, guindas, verdes. Todos somos mexicanos. 

Nuestro país ha recibido inmigrantes de muchas partes por distintos factores, principalmente los económicos, políticos y religiosos. Dejaron su cuna, que los vio nacer, para adoptar a México como su nueva casa.

Dos maravillas caracterizan a esos flujos migratorios hacia nuestra bendita tierra. Aman su nuevo hogar: hablan siempre bien de nuestro país, todos los días agradecen el clima, la comida y festejan el trato que les damos. No se cansan de visitar nuestras selvas, playas, sitios arqueológicos y gozan profundamente nuestras tradiciones y cultura.

También se ayudan entre ellos. Es increíble ver cómo se dan la mano entre judíos o cómo se animan entre libaneses. Da gusto ver la convivencia asturiana, catalana y madrileña.

Y obviamente, la unión hace la fuerza. Se protegen, procuran y cuidan. Es muy común escuchar que van al médico y le compran productos a gente de su comunidad. De esa manera se apoyan económicamente.

¿Qué ha pasado de unos años para acá, que representan a nuestra comunidad mexicana como cangrejos en una pecera? Sí, me refiero a que un crustáceo que está a punto de salir de ella, el otro le jala las patas para que no logre la faena.

¿Por qué llegamos a eso? Principalmente en las grandes ciudades, pareciera que nos duele el triunfo del vecino, nos lastima el logro del conocido y nos corroe el éxito ajeno. ¿Por qué perdimos la solidaridad? ¿Por qué ya no somos tan fraternos?

Es fácil aventarle la culpa a los políticos. Pero los mexicanos caímos en las trampas de la soberbia, altivez y arrogancia. Nuestros abuelos y padres eran humildes, y nuestra generación se transformó en muy poco humilde.

Somos un gran pueblo, pero estamos enfrentados, polarizados, contrapuestos, divididos y desunidos. Si pensamos diferente, llegan inmediatamente los epítetos: chairo, idiota, fifí o imbecil.

Es momento de un alto en el camino y de “resetearnos”. Ojalá pudiéramos, como las máquinas o computadoras, volver a nuestro estado original.

Las columnas políticas casi siempre hablan de los personajes poderosos, pero qué mejor que detenernos a reflexionar sobre el poder que estamos perdiendo, cada uno de nosotros, para rescatar este gran país.

Unámonos ya y de una vez por todas, no sigamos haciéndole juego al poder. Que si derecha, izquierda, azules, tricolores, guindas, verdes. Todos somos mexicanos.

¿Así o más claro? Imagine solo por un momento dejarnos de ideologías, partidos y de ser títeres de los poderosos.

COLOFÓN:

* Del otro lado del Atlántico se celebraron elecciones para dirigir el Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona.

* Cristina Vallejo fue elegida decana, junto con una nueva Junta de Gobierno. Será la tercera mujer en dirigir esa corporación jurídica.

* 24 mil 100 abogados colegiados fueron invitados a participar, y se decantaron por una jurisconsulta catalana, muy reconocida, y amiga de México.

POR GUSTAVO RENTERÍA

COLABORADOR

GUSTAVO@GUSARTELECOM.COM.MX              

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