Ensenada, Baja California, viernes 22 de julio de 2022.- Académicos de la Escuela de Ciencias de la Salud (ECS) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Campus Ensenada, señalaron que en México es frecuente encontrar en los etiquetados de diversos productos comerciales la denominación “Contiene grasas trans”, por lo que es necesario que quien los compre y consuma, conozca los efectos dañinos que causan en la salud.
Los médicos Fabiola Flores Monsiváis y Jorge Castillo, ambos profesores y responsables de la Clínica del Estilo de Vida–Medicina Culinaria de la ECS, explicaron que los lípidos de la alimentación se catalogan en grasas y aceites. Ambos están compuestos por ácidos grasos que pueden ser saturados o insaturados. Los ácidos grasos pueden presentar una conformación espacial, ya sea cis o trans, siendo los trans los que confieren a los lípidos la posibilidad de ser sólidos a temperatura ambiente.
“Cuando la industria convierte artificialmente un aceite cis hacia una conformación trans por medio de la adición (industrial) de hidrógeno, consigue un producto de consistencia diferente que brinda un mayor margen de utilidad, incluso mayor vida en anaquel, ahora será sólido o semisólido, con mayor resistencia al deterioro por enranciamiento, sabor diferente y por supuesto con una gran tendencia para causar un deterioro importante a la salud de los seres humanos”, indicaron.
Entre los daños a la salud resaltaron la alteración del equilibrio entre los niveles de colesterol bueno (HDL) y el colesterol malo (LDL), aumentando el malo y disminuyendo el bueno. El consumo habitual de las grasas trans está relacionado con una gran cantidad de enfermedades crónico degenerativas asociadas al estilo de vida, incluidas las enfermedades cardiacas, cerebrales, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico, por mencionar solamente algunas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial, causando un estimado de 17.9 millones de muertes cada año, y entre los factores de riesgo sobresale el componente dietético. Los académicos cimarrones indicaron que la eliminación de este tipo de grasas es un problema urgente para resolver y requiere la participación de los fabricantes de alimentos, aceites comestibles y grasas.
En 2019, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), emitió una declaración mundial pidiendo a las industrias de grasas, aceites y servicios alimentarios que reformulen los alimentos para eliminar y reemplazar a las grasas trans, además que además se utilicen alternativas bajas en ácidos grasos saturados. Ese mismo año, 35 estados miembros de la Oficina Regional de la OMS para las Américas/Organización Panamericana de la Salud, aprobaron por unanimidad un plan de acción regional para eliminar las grasas trans producidas industrialmente para 2023.
Las organizaciones de la sociedad civil han aumentado la promoción para apoyar las regulaciones y la reformulación de productos, comentaron los profesores de la ECS. “En sus dos primeros años, la iniciativa mundial para eliminar las grasas trans fabricadas industrialmente, ha producido resultados alentadores en algunos países, pero la mayoría todavía no cuenta con políticas para proteger a sus ciudadanos de los efectos nocivos”, expusieron los investigadores.
En este sentido, expusieron que de forma personal se puede limitar y, mejor aún, evitar completamente el consumo de grasas trans. Algunas sugerencias para lograrlo son:
· Revisar el frente de los envases y etiquetas de los productos que consume. Evitar los que contengan el octágono negro que menciona: Alto en grasas trans.
· Analizar las tablas nutrimentales y lista de ingredientes de los productos. No deben contener grasas trans, ni grasas parcialmente hidrogenadas o grasas hidrogenadas.
· No consumir en ninguna cantidad margarinas, cremas o untables vegetales con o sin chocolate, manteca vegetal de cualquier marca, mantequilla de cacahuate (adicionada de grasas parcialmente hidrogenadas).
· Evitar tortillas de harina de trigo adicionadas de grasas vegetales. Incluso las tortillas artesanas usualmente están manufacturadas con grasas trans, en la versión de mantecas vegetales.
· Limitar el consumo de panquecitos, mantecadas, pastelitos y galletas empaquetados.
· Evitar las comidas rápidas puesto que son fuente usual de grasas trans.
· No consumir productos altamente procesados como sustitutos de crema para el café, betunes o frosting, pasteles comerciales, dulces empaquetados, helados industriales empacados desde fábrica, entre otros.
Finalmente, los profesores de la UABC enfatizaron “Hoy en día, la comercialización y utilización de grasas trans, no está prohibida en México como en algunos otros países, por lo tanto, depende de nuestra adecuada selección de productos el evitar utilizarla y/o consumirla”.